Cuba
2013
Viaje de Nega y Aldo (relatado por Aldo y supervisado por Nega)
El viaje fue organizado por Turismo de la Caja de Previsión para los
profesionales de la
Ingeniería.
El paquete consistía en 5 días en la Habana y 5 días en el cayo
Santa María.
Nosotros tomamos sólo la primera parte, con el propósito de
continuar haciendo un recorrido para que pudiéramos conocer algo de Cuba, pero
saliendo del circuito turístico internacional.
El viaje se inició el día 23 de setiembre, vía Panamá, por
la compañía aèrea Copa (panameña), llegando a la Habana por la tarde. De la
provincia de Santa Fe viajaron más de 30 personas, entre profesionales de
agrimensura y algunos familiares.
En la
Habana se desarrolló, desde el 24 al 27, el VI Congreso de
Agrimensura, en paralelo con los de Valuaciones, Catastro y Enseñanza, en el
hotel Habana Libre, donde nos hospedamos.
El Habana libre es el hotel que inauguró la cadena Hilton en 1958 y que fuera utilizado como sede de su comando por Fidel al triunfar la Revolución.
El día 24 fue la inscripción y por la tarde un acto
inaugural donde se presentó el libro del astronauta cubano Tamayo, en el 30
aniversario de su vuelo y estadía en la cápsula espacial.
Estuvo también el astronauta ruso Romanenko, hijo del que
fuera compañero de vuelo de Tamayo.
Los días 25 (mañana y tarde) y el 26 (por la mañana) funcionaron
los congresos mediante la presentación de trabajos, en intensas sesiones,
llamando la atención la puntillosidad en el horario.
El jueves 26 por la tarde (dentro del programa del
congreso), se realizó una visita turística a la Habana , incluyendo la Habana vieja, con una guía
bastante abúlica, pero que no dejó de ser interesante; por supuesto incluyó la
plaza de la Revolución
Dado que las sesiones eran en paralelo pude asistir sólo a
las de agrimensura, que sería equivalente a lo que acá llamaríamos Topografía y
Geodesia. Hubo algunos trabajos interesantes sin escapar a los temas más o
menos conocidos.
El día 27 se realizó, por la mañana, una reunión con
delegaciones de distintos países (recuerdo Colombia, Panamá, Méjico, Argentina,
Venezuela, Cuba y quizá alguno más), que comenzó con una presentación cubana
planteando una importante cuestión de ética profesional, pero que, por obra de
otros participantes, particularmente de Argentina, terminó derivando como tema
principal en las incumbencias.
La participación de Fada (Federación Argentina de
Agrimensores), fue lamentable, planteando su presidente el deseo de ubicar la
profesión los más lejos posible de la ingeniería y que la adopción del título
Ingeniero Agrimensor era sólo para preservar incumbencias por razones de
“bolsillo”.
Allí se ratificó a la Asociación
Panamericana de Agrimensura como entidad coordinadora de las
entidades nacionales.
Por la tarde, a las 17 hs. se realizó un ¡almuerzo! de
cierre del Congreso, donde vestí la “corbata de nivelación”.
Previo al almuerzo me entrevisté con Pedro Luis García,
presidente del Congreso, a quien le entregué una fotocopia del acta de
nacimiento del Che, a modo de demostración de que no todos los argentinos
teníamos el pensamiento utilitario puesto por algunos de manifiesto en la
reunión antes citada. Nos emocionamos ambos, quedamos en encontrarnos a la
vuelta de nuestro viaje por Cuba y me regaló una botella de ron.
En forma paralela a la concurrencia al congreso y gracias a
los contactos que previamente había realizado en Rosario, fuimos portadores de
cuatro carpetas correspondientes a la preparación del Encuentro Nacional de
Solidaridad con Cuba, que ese año se iba a realizar en Rosario.
Las carpetas iban dirigidas a la presidenta del ICAP - Instituto
Cubano de Amistad con los Pueblos - (quien estuvo en noviembre en Rosario), al
vicepresidente cubano Díaz Canel, a Raúl Castro y a Fidel Castro.
La primera era para, de ser posible, entregar en mano; las
otras tres para entregar a un contacto (sorpresivamente un argentino exilado en
Cuba durante la dictadura militar), quien las haría llegar a destino.
Le hicimos saber que, “si cualquiera de ellos quería
entrevistarnos”, lo recibiríamos con gusto.
El día 26 por la mañana concurrimos al ICAP, donde pudimos
entevistar a la presidenta y entregarle la carpeta.
Dicho sea de paso, dentro de esas carpetas iba incluida una
“Breve historia de la solidaridad con la Revolución Cubana
en la ciudad de Rosario y la región”, la cual se anexa. En la misma soy
mencionado y participo con un breve relato.
En el ICAP nos contactamos con el encargado de América
Latina, Armando Guerra, quien por iniciativa propia, se encargó de asesorarnos
sobre el próximo itinerario y ponernos en contacto con las delegaciones del
ICAP en distintas ciudades.
Le hicimos presente que no pretendíamos obtener ningún tipo
de atención especial ni menos ventajas económicas.
Tal como hacíamos con quien podíamos lo sometimos a un intenso
interrogatorio sobre la realidad cubana, a lo cual se prestó sin problemas.
Volvimos al hotel en un ómnibus de transporte urbano, de
calidad similar a los de acá, donde el boleto cuesta 0.017 dólares (algo así
como 0.15 pesos argentinos a setiembre 2013). Posteriormente Armando fue al
hotel para seguir asesorándonos y conversar un largo rato.
Terminado el congreso, el sábado 28 seguimos en la Habana y pudimos realizar
una exquisita visita por la ciudad, particularmente por la Habana vieja, gracias a la
atención de un matrimonio de cubanos con quienes teníamos contacto previamente.
Ella es arquitecta y trabaja, precisamente, en la
recuperación patrimonial de la
Habana vieja; así que el recorrido no fue turístico
simplemente, sino de conocimiento de parte de la realidad cubana, incluyendo el
sector de la Habana
vieja más deteriorado donde normalmente no se invita a los turistas.
El esposo trabaja en un programa de Naciones Unidas muy vinculado
a cuestiones económicas.
Breve apartado sobre el dinero: a la fecha del viaje
coexistían dos monedas,
el peso
cubano, de uso local, y el CUC, moneda para turistas, de valor nominal igual al
dólar pero que al efectuar el cambio en los organismos oficiales requería algo
más de un dólar. El CUC equivale aproximadamente a 25 pesos cubanos.
El domingo 29, por la tarde, salimos de viaje, en ómnibus
de línea, a Santiago de Cuba, a 900 kilómetros de La Habana , tardando 12 hs. El
ómnibus es de calidad similar a los de acá, el boleto 60 dólares por cabeza (el
sueldo básico cubano es de 16 dólares) y, como acá, nos morimos de frío por el
aire acondicionado, siendo imposible convencer a los conductores al respecto.
En Santiago fuimos a la sede del ICAP, donde nos atendieron
muy bien, charlamos un rato largo con el delegado, sobre todo de política; él
mismo nos indicó un lugar para hospedarnos, en una casa particular, consistente
en modesta habitación matrimonial, con baño, aire acondicionado y miniheladera,
a 28 dólares por día.
El sistema de alojamiento en casas particulares está
totalmente extendido, oficializado, con registro de usuarios y fue lo que
utilizamos en casi todo el resto del viaje.
En Santiago alquilamos un “taxi” (un desvencijado Fiat de
los 60 o 70) y fuimos a conocer el cuartel Moncada, la granjita Siboney (donde
se concentraron los revolucionarios antes del asalto al cuartel), la iglesia de
la Virgen del
Cobre, la fortaleza del Morro, de la época colonial, y el museo instalado en la
casa de Frank País (joven dirigente del 26 de julio a cargo de la actividad
clandestina paralela a la guerrilla y que fuera asesinado antes de la Revolución ).
El chofer y dueño del taxi era un hombre de más de 60 años,
que había actuado como correo, cuando niño, en la lucha revolucionaria, en la
columna de Hubert Matos (quien posteriormente fue enemigo de la revolución), lo
que le significaba no tener ningún reconocimiento por su actuación, aunque,
según él eso estaba revisándose.
Estuvimos dos días en Santiago, 30 de setiembre y 1º de
octubre. Nos enteramos que el último ciclón había destruido miles y miles de
casas.
El día 30, lunes, fuimos junto a las dos mulatas dueñas de
la casa-hospedaje a la casa de la Trova Cubana , con mala suerte porque se suspendió
el espectáculo por el escaso público, devolviéndonos el valor de la entrada ( 5
CUC por persona), ante lo cual apelamos a un CD que habíamos llevado y
amablemente nos pusieron un par de tangos que bailamos.
En Santiago alquilamos un auto por nueve días (60 dólares
diarios) para partir al día siguiente. En Cuba hay que viajar de día, por el
peligro de animales en la ruta. La velocidad máxima es 90 km/h
El día 2 fuimos a Bayamo, a 130 km. El litro de nafta cuesta
1.3 CUC y se consigue sin problemas.
Bayamo es una ciudad de 300.000 habitantes y muy importante
para la historia de la revolución, entre otras cosas porque está “abajo” de la Sierra Maestra.
Allí nos recibieron en el ICAP, donde nos hospedamos
(tienen un par de habitaciones para visitantes, muy cómodas, a un precio diario
de 20 CUC, similar al que pagamos en el resto del viaje) y fuimos unos
privilegiados, porque el subdelegado, (en la delegación trabajan 16 personas),
Ezequiel Morales, se puso a nuestra disposición y los dos días que estuvimos
allí, mañana y tarde, se subió al auto con nosotros, nos guió y fue sometido a
un riguroso interrogatorio el cual aceptó gustosamente e incluso amplió las
respuestas más allá de nuestra preguntas.
Ezequiel es profesor universitario de inglés.
Cuando la Revolución era un lustrabotas de 10 años y sostén
de familia. Sin embargo al lanzarse la campaña de alfabetización se anotó como
alfabetizador y tuvo que mentir sobre su edad para ser admitido. Fue designado
para enseñar a leer y escribir a una familia campesina en la sierra durante un
año.
Es necesario recordar que la tarea de los alfabetizadores
era muy peligrosa, porque los contrarrevolucionarios armados que actuaron en
Cuba los primeros años, los elegían como blanco preferido para sembrar el
terror.
El primer día fuimos hasta una elevación en que se erige un
recordatorio de la batalla de Guisa y recorrimos el centro de la ciudad.
Pensábamos estar un solo día pero Ezequiel nos propuso visitar, al día
siguiente, a Polo y Juanita, que son el matrimonio de campesinos otrora analfabetos
a quienes el Che solicitó permiso para instalar su comandancia en la Sierra Maestra. A partir de
allí Polo fue guía y actuó en la guerrilla llegando a ser el Capitán Descalzo y
Juanita era quien cocinaba para los combatientes (entre ellos el Che) además de
desempeñar otras misiones.
Nuestra aceptación fue inmediata. Viajamos hasta un pueblo
ubicado a 60 km
(no en la sierra – para ir hasta allí se necesitan cuatro días a lomo de mulo, entre
ida y vuelta) y eso fue el momento más emocionante de todo el viaje. Él tiene
84 años y ella 79. Pudimos conversar largamente y nos regalaron un libro donde
relatan parte de su vida.
De allí fuimos a la hacienda Demajagua, en la cual Céspedes,
en el 10 de octubre de 1868, declaró la lucha por la independencia de España y liberó
a sus propios esclavos.
En
Bayamo también visitamos una ludoteca, es decir una escuela donde se fabrican y
usan juguetes y donde concurren las escuelas primarias y pudimos charlar largo
de política con su directora.
El día 4 viajamos a Camagüey, 200 km , donde paramos en
casa de Sonia, una casa familiar con hospedaje muy agradable, muy amablemente
atendido por su dueña que a la vez es profesora en la universidad y que
necesita esa actividad porque su marido sufre una discapacidad. El precio 20
CUC
Allí estuvimos un día, visitando los lugares más
mencionados y en una iglesia Nega se olvidó los lentes de sol minutos antes que
la iglesia cerrara. Al otro día, antes de partir, fuimos a la iglesia, llegando
a las 9 hs., justo en el momento que comenzaba la misa, a la cual tuvimos que
asistir con unción.
Después que terminó preguntamos por los lentes y, gracias a
Dios, los pudimos recuperar.
En Camagüey también bailamos un tango. Pudimos ver, desde
la calle, una clase de práctica de la escuela de baile para jóvenes y niños
llamada Arlequín. No era un espectáculo sino una clase, pero fue un hermoso
espectáculo; ver bailar chicas y chicos, sin ceremonia, con soltura y con la
elegancia y el saber y gustar bailar de los cubanos.
El día 5, sábado, después de 255 Km , llegamos a Trinidad,
muy famosa porque en ella se conserva todo el centro de origen colonial, con
sus calles construidas con las piedras que los barcos mercantes traían como
lastre.
La imagen de ese ámbito colonial es muy particular, aunque no
nos resultó tan impactante en comparación con las mentas que habíamos recibido.
Estuvimos
dos días y medio día, 5, 6 y 7 de octubre hasta el mediodía.
Creíamos que allí no había
delegación del ICAP y después nos enteramos que estábamos equivocados. Nos
alojamos en un hospedaje que ya no era de carácter familiar, como los
anteriores.
Es una casa destinada sólo a hospedaje y la dueña tiene
otro más en su propia casa. El segundo, donde estuvimos, lo hace figurar a
nombre de otra persona. Se trata ya de una miniempresaria. El precio también fue
20 CUC.
En Trinidad fuimos a la Trova , donde un mulato veterano y muy buen
bailarín sacó a bailar a Nega y tras de él me sacó a bailar una mulata, también
veterana y bastante entrada en carnes. Fue algo muy amable y muy agradable.
Visitamos museos, compramos algo de ropa para regalos y
para nosotros (es zona de fabricación de vestimenta tradicional, como por
ejemplo la guayabera), fuimos por primera vez una tardecita a una playa, a 12
km; allí estuvimos poco más de una hora para que el mar Caribe probara como es
bañarnos a nosotros.
También visitamos una familia, por invitación de quien nos
atendió en un museo y fue algo muy agradable. Primero porque teníamos reservas
respecto a que quisieran vendernos o pedirnos algo, lo que no fue así, y
segundo porque estaban cuatro generaciones (el menor de meses), con los cuales
pudimos conversar de temas diversos y en un tono y lugar típicamente familiar.
En Trinidad tuvimos que acudir a un servicio médico porque
Nega sufrió una descompostura estomacal. Siempre consumimos agua embotellada
pero suele suceder que al utilizar hielo se produzca la contaminación. El servicio
médico ya estaba incluido en el viaje contratado.
Lo interesante fue que al preguntarle a la médica si allí
existía el problema de diarrea infantil nos contestó que había casos, a lo cual
le dijimos que a lo que nos referíamos es, en el caso de Argentina a zonas de
pobreza en la que es endémica, llegándose a la muerte de niños.
La respuesta fue impactante: no, eso acá no sucede, si
muere un niño por algo así es un acontecimiento de carácter nacional y se arma
una discusión en todo el país.
En Trinidad pude darme el gusto de andar a caballo un par
de horas en un hermoso lugar, el Valle de los Ingenios (otrora asiento de centrales
azucareras coloniales hoy desaparecidas).
El día 7 después de mediodía fuimos a Santa Clara, alrededor
de 120 o 130 km ,
por una ruta secundaria cruzando una sierra no muy alta. En Cuba no hay
banquinas, pero para sacar fotos quise parar, vi el pasto al costado muy parejo
y salí del pavimento; el terreno firme estaba 30 o 40 cm más abajo y el auto
quedó con el chasis sobre el pavimento, en un camino semisolitario. A poco se
acercó un campesino y después paró el primer camión que pasó en el que iban dos
hombres que tomaron a su cargo solucionar el problema, aunque no contaban con
herramientas específicas, pero las improvisaron, tiraron el auto con una cadena
y hubo inmediata solución. Les dije cuál era la deuda y dijeron que no la
había. Les dejé 10 CUC ¿poco, mucho?, depende para qué.
En Santa Clara fuimos a parar a un hospedaje familiar
también muy agradable.
Él retirado de la universidad para atender ese negocio y
poder cuidar sus padres ancianos y enfermos. Ella sigue como docente
universitaria. Ambos creyentes cristianos practicantes pero no católicos y al
menos él partidario de la revolución.
Al día siguiente, por propia iniciativa, nos acompañó a
conocer el mausoleo de homenaje al Che donde a la vez hay un museo.
La cola con turistas, la recorrida muy rápida por el museo
con una guía que en algunas cosas parecía no tener suficiente conocimiento, la
estatua muy grande y muy alta, creo que recortaron la emoción.
Quizá fue estando con Polo y Juanita cuando sentimos la
cercanía, la presencia del Che y allí más vale sentimos la distancia.
Por la tarde fuimos a un acto de los universitarios en la
plaza central, que se hace todos los 8 de octubre, fecha en que originalmente
se pensó que había sido asesinado el Che. Consiste en una marcha desde la universidad,
creo que 7 km ,
después la lectura de una declaración y por último la actuación de un conjunto
de música joven cubana “De buena fe”, que dicen que se destaca por sus letras
de crítica social.
Allí nos encontramos con un cubano, Arístides, que se dedica
a promover la solidaridad con Cuba, que ha viajado a la Argentina y que nos dijo
que pese a que ya era tarde nos iba a llevar a conocer “el otro Che”; un
monumento con el Che de tamaño natural, con un niño en brazos.
Allí, hablando como hombre de la Revolución , dijo que
otra sería la historia de Cuba con el Che y criticó la burocracia que ocupa
numerosos cargos, señalando que justamente estábamos frente al edificio del
Comité Provincial del Partido Comunista.
Al día siguiente, antes de viajar fuimos a ver el tren de
las tropas de Batista, que fuera descarrilado por los guerrilleros comandados
por el Che, lo que terminó de inclinar la balanza de la lucha. Allí comenzó el
desbande que culminó con la huida de Batista y el triunfo de la Revolución
El día 9 de octubre viajamos a Playa Larga, donde nos
alojamos. Por la tarde fuimos a Playa Girón, otro de los hitos en la historia
de la revolución, donde visitamos el museo y estuvimos un rato en la playa que,
para decir verdad es fea, porque a unos 100 m de la costa hay una especie de
muro, no sé si de contención o con que otro fin, gris musgoso, feísimo.
Estuvimos un rato en la playa y volvimos al alojamiento ya de noche.
La ruta, algo más de 30 km, corre entre la costa por un
lado y un manglar por el otro, y nos encontramos con la sorpresa de ver sobre
el pavimento innumerable cantidad de cangrejos que en esas horas se desplazan
lentamente desde el mar al manglar. Era imposible circular sin aplastar al
menos a algunos de ellos y según nos dijeron en el alojamiento, en la época de
reproducción hay tantos que al pisarlos llegan a pincharse las gomas de algunos
vehículos.
El 10 de octubre salimos hacia La Habana. En el camino
visitamos brevemente una especie de reserva con un pequeño zoológico incluido
en el cual pudimos ver caimanes.
De paso eso nos permitió darnos cuenta del olvido de la
cámara fotográfica en Playa Larga, a 30 km, y retornar para no perder todas las
fotos del viaje.
Llegamos nuevamente a La Habana en día feriado, rememorando
la iniciación de la lucha por la independencia de España en 1868.
Fuimos
directamente al ICAP, según convinimos previamente con Armando Guerra, quien
estaba con otros empleados ejerciendo la guardia porque ese día tiene franco el
personal a cargo de la misma. Nos recibió muy amablemente, nos mostró la casa,
que era la residencia de un matrimonio que tenía 20 sirvientes, nos dio la
publicación de la Primer Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba (la
cual merece un análisis aparte) y nuevamente respondió a innumerables preguntas
y nos recomendó que no nos alojáramos en La Habana vieja.
Buscando alojamiento fuimos a parar a la vuelta del hotel
Habana Libre, en una casa que, después nos dimos cuenta, no era alojamiento
registrado, aunque de todos modos todo anduvo bien.
Por la tarde fuimos a una playa cercana, a unos 20 km;
siendo feriado estaba repleta de gente, casi todos jóvenes, muchos de ellos
tomando ron; interesante para informarse pero nada para disfrutar la playa. A
la vuelta entregamos el auto.
El día 11, además de visitar una escuela tuvimos una
entrevista con Pedro Luis en lo que sería algo así como el Colegio Profesional,
donde charlamos de los más diversos temas, nos regaló otra botella de ron y
quedamos en encontrarnos por la tarde junto con su esposa.
Pasada
la tarde nos fue a buscar al hotel (su esposa no pudo ir) y nos invitó a cenar
en un modesto restaurant donde pagó él pese a nuestro protesta.
Nuevamente allí tuvimos una larga
conversación que culminó, alrededor de la medianoche, frente a nuestro
alojamiento. En la charla nos contó cosas de su actuación militar en Angola
como que, ante la falta de medicamentos debían tomar un vaso de vinagre con
gotas de gasolina para cortar la colitis que producía la malaria, o que las
jóvenes nativas se untaban la cabeza con bosta para no ser violadas por los
mercenarios.
Contó también que en Cuba, en la década del 90 la situación
fue de miseria.
Pocas, muy pocas reflexiones políticas.
Bautizamos a Cuba como la Isla Misteriosa, remedando el
famoso título de Julio Verne.
Cuba fue la última de las repúblicas americanas en
liberarse de España.
Logró liberarse de la dominación yanqui y prodigar al mundo
y a su pueblo una revolución que abrió las puertas de la década del 60 del
pasado siglo, la del alza mundial revolucionaria y antimperialista, que produjo
líderes devenidos en símbolos mundiales; y logra resistir un bloqueo de la
mayor potencia estando ubicada sólo a minutos de vuelo de ella.
Sin embargo cayó bajo la dependencia de la URSS, aunque no
se derrumbó con ella, habiendo sido, visto desde la geopolítica, el punto más
débil del llamado campo socialista.
Logró salir de una década de privaciones extremas, durante
la década del 90.
Cuba parece ser siempre la excepcionalidad. O lo es.
Un breve, un pequeño viaje, sólo permite una mirada. Para
justificarse uno puede decir “no pudimos hablar con todos los cubanos”. Pero
hay que opinar.
Si apelamos a las misceláneas podemos decir que, en
general, la gente está bien vestida y alimentada, con acceso a la cultura, que
se puede circular con la más absoluta libertad y seguridad y que la niñez está
adecuadamente atendida.
A la vez Cuba tiene gravísimos problemas de producción.
Baste decir que el 50 % de la tierra productiva está ociosa, según datos
oficiales y que, según muchos opinan está gravemente deteriorada la cultura del
trabajo, porque la remuneración formal está por debajo de las necesidades. El
sueldo de un maestro equivale a 80 kilos de pan.
¿Hacia dónde marcha Cuba? ¿Qué viene cuando desaparezca su
ya octogenario liderazgo?
Creo que fue un error de la revolución la inmediata
estatización absoluta de todas las actividades, incluyendo cualquier tipo de
trabajo personal, ignorando el lema “de cada uno según sus posibilidades a cada
uno según su trabajo”.
Para salir de ello hoy liberan el “cuentapropismo”,
incluyendo la utilización de mano de obra asalariada ¿Remedo de la Nueva
Política Económica de Lenin? Creo que no están claros sus límites. Obviamente
surge un sector burgués cuyo desarrollo próximo es desconocido.
Pero creo que el problema central sigue siendo el modelo de
ejercicio del poder que fuera instaurado en su momento en la URSS y que no era
precisamente el de los soviets.
No surge evidente un clima de discusión política. En ese
sentido resalta la pobreza de la prensa pública.
Analizando la Primera Conferencia del PC Cubano está claro
que hay reconocimiento de dificultades y hay autocrítica, particularmente
respecto a la producción, pero no hay atisbo de autocrítica sobre el tema del
poder, al punto que se reconoce que la revolución no ha podido generar el
recambio de su dirección pero sin asumir responsabilidad autocrítica, sin
determinar causas, como si fuera un avatar de la historia cubana.
El pensamiento crítico del Che estuvo decenas de años
oculto y no es que piense que el Che no podía equivocarse o que si estuviera
vivo no hubieran sido posibles los graves problemas de la Cuba actual
gracias Aldo por compartir tamaña experiencia.
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