Reproduzco un artículo cuya autoría le corresponde a Roberto Bravo, compañero de militancia de aquellas épocas
EL ROSARIAZO
La vida me brindó la posibilidad de haber sido
partícipe como estudiante de una gesta hasta ahora no repetida, de la que fue
protagonista principal una generación reconocida y reivindicada por algunos y
denostada y hasta vilipendiada por otros, mostrándola como un mal ejemplo a no
seguir, o en el mejor de los casos echando un
manto de olvido. Es la generación conocida como SETENTISTA.
Quienes la reivindicamos debemos reconocer
errores y desaciertos que a la postre la llevaron a la derrota, quiero agregar
“por ahora” ya que cada vez deposito más confianza en las generaciones del
siglo XXI.
Pero también hay que reconocer la hidalguía y
honestidad con que se desenvolvió la gran mayoría, obviamente tuvo un alto
costo. No había disputas por cargos, dádivas económicas ni acuerdos comerciales
bajo cuerda, repito en la gran mayoría, como en todo no faltaron los corruptos,
pero fueron los menos.
Esta gesta, de hace casi 48 años nos
hizo vislumbrar otro país que no logramos,
pero que lo vimos, o al menos así lo recordamos.
Quisiera enhebrar en esta miscelánea
parte de un tema de Teresa Parodi
He visto al otro país…….
“Lo miré
soltar su esperanza al viento
Como una pandorga de sol en vuelo
Lo miré volver del trabajo incierto
Con el puño alzado lo sigo viendo”
Como una pandorga de sol en vuelo
Lo miré volver del trabajo incierto
Con el puño alzado lo sigo viendo”
“Lo miré
pelear defendiendo un sueño
Lo miré en tus ojos, che compañero.
Tan intensamente lo sigo viendo.
Lo sigo viendo”
Lo miré en tus ojos, che compañero.
Tan intensamente lo sigo viendo.
Lo sigo viendo”
Y agrego, lo sigo viendo, aun lo llevo en mis retinas
.-
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CONSIDERACIONES
GENERALES
Si bien 1969 fue un año trascendental en vida
la social y política de Argentina durante la segunda mitad del siglo 20,
debemos tener en cuenta a los años anteriores que fueron una especie de
preparación previa, ubicaba al gobierno militar en la vereda de enfrente de los
intereses populares y había asumido mediante un golpe de estado encabezado por
las fuerzas armadas en 1966, quien a poco de andar, con medidas antipopulares
perjudicaba a la mayoría de la población, lo que lo dejó sobre un polvorín seco
que solo necesitaba movilizaciones masivas para hacerlo detonar.
Aunque no fue determinante, el movimiento
estudiantil jugó un papel importante en el proceso, en casos fue el detonante
de algunas puebladas.
El movimiento estudiantil de Corrientes se
levantó contra las medidas que perjudicaban al sector de una manera inédita, la
muerte del estudiante correntino Cabral fue la chispa que encendió la pólvora y
el percutor para que estallara Córdoba una semana después y Rosario a los
cuatro meses con el Rosariazo, pero antes tuvo sus previas estudiantiles en
Mayo con el asesinato del estudiante Bello baleado a quemarropa por un oficial
de policía, también un joven obrero de apellido Blanco, luego Tucumán, Mendoza, El Chocón, un segundo
Cordobazo y movilizaciones por todo el país que provocó la destitución del
General Onganía.
LAS PREVIAS
Las semanas previas a aquel recordado 16 de
Septiembre habían sido de un estado de agitación como no se recuerda en
Rosario.
El centro comercial era teatro de operaciones
de las distintas fuerzas políticas opositoras en el desarrollo de actos
relámpagos, volanteadas, estallido de explosivos que convulsionaban el
ambiente.
SI en una esquina se establecía un móvil policial era motivo
para que de a poco se juntaran jóvenes, de allí a que uno de ellos pegara el
grito de “Abajo la Dictadura” o el de “Asesinos” para que se iniciaran los enfrentamientos,
piedra de un lado, gases del otro, corridas y una sorprendente complicidad por
parte de los transeúntes. La atmósfera era tan densa que se podía cortar con
cuchillo.
Todo ello y el malestar generalizado fue causa
suficiente para que la filial local de la CGTA llame a un paro general para el 16 de Septiembre,
pero con la característica que los trabajadores trabajaban hasta las 10 de la
mañana, hora de comienzo del paro con salida y encolumnados para iniciar las marchas.
También el movimiento estudiantil en pleno se
plegó con el mismo criterio y fue allí donde en los hechos firmó su alianza.
Tan es así que una de las consignas mas voceada era “OBREROS Y ESTUDIANTES,
UNIDOS Y ADELANTE”
Así llegamos a aquel…….
16 DE
SEPTIEMBRE DE 1969
A los efectos de la organización de la
movilizaciones se había constituido una coordinadora Obrero-Estudiantil en la
que estaba representada la CGT de los Argentinos (CGTA), conducida a nivel
nacional por el gráfico Raymundo Ongaro, ala combativa del movimiento obrero
y por las Organizaciones estudiantiles
(todavía no existía la Federación Universitaria de Rosario, F.U.R., ya que
tampoco existía la U.N.R.) por ello los centros de estudiantes estaban
incorporados a la Federación Universitaria del Litoral, F.U.L.).
La otra central obrera era la CGT oficial o de
calle Azopardo (por su ubicación en la ciudad de Buenos Aires) dirigida por el
metalúrgico Augusto Timoteo Vandor, denominada dialoguista porque basó sus
propuestas en acuerdo con el gobierno militar, se mantuvo al margen del paro lo
que le causo considerable deterioro, hubo desbande y varios gremios se
incorporaron a la CGTA, deteriorando la representatividad de Vandor y
fortaleciendo a esta última.
La coordinadora se hizo cargo de la
distribución, ubicación y constitución de las columnas que marcharían desde
lugares de concentración laboral, convergiendo en el macro centro, Avenida
Pellegrini, Bvrd. Oroño y el Río Paraná.
Desde muy temprano se fueron conformando según
la ubicación de los lugares de concentración de trabajadores y de estudiantes,
que era en las distintas facultades.
La que venía desde el Norte con obreros de las
fábricas de San Lorenzo, Capitán Bermúdez y Granadero Baigorria, se concentró
en Av. Alberdi y lo que hoy es la Av. de circunvalación, para que de allí
marchar hacia el Sur donde se incorporaron los grupos del barrio Empalme
Graneros, muy numerosos, compacto y voceaba la consigna “Empalme con Perón”,
luego al llegar al Cruce Alberdi se integraron ferroviarios y obreros de los
talleres de ferrocarril General Belgrano, allí se encontraron con varios
ómnibus urbanos que habían quedado varados por la manifestación, y siendo más
de las 10 hs. procedieron a incendiarlos como lo habían anticipado públicamente.
Luego continuaron hacia el Centro en
cuyo trayecto se incorporaban estudiantes de las facultades de Medicina,
Farmacia y Bioquímica para ingresar en el macro centro rosarino.
Por las Avenidas Ovidio Lagos y Godoy venían
marchando obreros metalúrgicos y gente de los barrios que se iba agregando a su
paso, en Bvrd Oroño se integraron estudiantes de ciencias Económicas, Derecho y
Ciencias Agrarias.
Otra columna fue la que integró a los que venían por la costanera desde el
Sur, los obreros de la carne con el Swift a la cabeza, obreros portuarios y
grupos de fábricas del Sureste rosarino que iban provistos de todo tipo de
detonantes mas gran cantidad de molotovs.
Al llegar a la Avenida 27 de
Febrero subieron hacia el Oeste, en la esquina de Necochea y 27 estaban concentrados a la espera Centros
y Agrupaciones estudiantiles de Arquitectura e Ingeniería , Tecnológica (UTN) y
el Politécnico. Continuaron la marcha hasta San Martín donde se incorporó una
nutrida columna que venía por la Avenida San Martín. Allí se dio el primer
enfrentamiento directo de estas columnas con la policía.
Todas las columnas tenían un objetivo, llegar al Centro Económico y
Neurálgico de Rosario, allí esperaban empleados públicos, de comercio, pequeños
propietarios, estudiantes de Filosofía y Letras, periodismo y de Institutos
terciarios. Llegaron y lo lograron, vaya si lo lograron.
Llegar implicó varios enfrentamientos, escaramuzas, en las que no se
escatimaba el uso de bombas de gases lacrimógenos de un lado y piedras o
molotov del otro, hasta se habían implementado grandes gomeras hechas con
orquetas cortadas de ramas gruesas de árboles atadas en ambos extremos a gomas
de cámaras de rueda de camión y el percutor era un pedazo de cuero o lona atado
en las puntas a las gomas, y allí se colocaban piedras grandes y en casos,
molotov, el alcance y el poder de fuego era impresionante, pero lo que mas
impresionaba era el número, la cantidad de manifestantes que desbordaba las
avenidas por donde avanzaban.
Pude apreciar algoque me sorprendió. Fue la participación de la gente de
los barrios. Cuando se acercaba la policía, los manifestantes armaban
barricadas con todo tipo de material al que se le pudiera encender y en mas de
una ocasión el vecino acercaba muebles o maderas a desechar para alimentar las
barricadas. Fue algo inpensado.
Cabe destacar que en las columnas no solo había trabajadores con sus
respectivos sindicatos o estudiantes con sus organizaciónes, también se había
incorporado la gente del barrio, otros que por la libre formaban grupos que se
armaban espontaneamente, o personas que se dirigían a las avenidas y de alli al
centro, comenzando a conversar con otros en las mismas condiciones y terminaba
formándose un grupo. No faltaban los que iban con algun atuendo futbolero y al
rato ya era un grupo identificados con los mismo colores.Reitero, hubo mucho de
espontáneo.
Foto: Grupos estudiantiles identificados
por carteles de la Federación Universitaria Argentina (FUA) se concentraron en
zonas del macrocentro rosarino a la espera de la llegada de las columnas que
iban acercándose, quienes protagonizaron uno de los primeros hechos de
violencia interceptando un ómnibus urbano con solo un par de pasajeros después
de la hora estipulada para el paro y movilización a las 10 hs., como reza lo
pintado en la chapa quemada, “ASI TERMINAN LOS CARNEROS”, haciendo bajar al pasaje y al conductor que
luego se plegó a la marcha, procediendo
a continuación a incendiar el vehículo molotov mediante.
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Esa mañana el Gallego Guillermo me despertó temprano porque debíamos llegar
antes, ya que teníamos paquetes con los volantes para llevar al lugar de
encuentro previo, donde se distribuía a las distintas facultades. Como dije, me
despertó y lo hizo con mate en la cama, realmente era algo inusual, parecía
premonitorio.
Tomamos el colectivo, callados, pensando, de pronto rompió el
silencio con un, “hoy se va a armar un
quilombo de órdago”, No se equivocó, haber organizado el paro a partir de las
10 de la mañana, con salida ya encolumnados implicó que los obreros se plegaran
masivamente a las marchas que se iniciaron por lugar de trabajo y facilitaba la
participación, pero lo realmente nuevo fue el protagonismo de los trabajadores
y del hombre común que solo habia sido espectador.
En el punto de concentración que le correspondía a nuestra facultad era
Necochea y 27 de Febrero, allí nos encontramos con otra sorpresa, ya habían
llegado unos dos a tres mil estudiantes de solo tres facultades y una escuela.
Quedamos a la espera de la columna obrera, pensabamos que la marcha iba a tener
mayoría de estudiantes. A poco de ello comenzaron a aparecer por el bajo, en la
costanera y 27 de Febrero gente con carteles que no alcanzábamos a leer y
comenzaron a subir por 27, la columna era interminable, continuaban subiendo y
no se veía el final, seguían apareciendo de manera no pensada, en un momento
las imperfecciones de la subida de 27 permitia ver solo las cabezas de los
manifestantes, con el avance parecía una alfombra ondulante.
Comenzamos a escuchar los cánticos y ver los carteles, había de todo y
para todos, los mas mencionaban a Perón, otros cantando el presente de alguna
fabrica y otros con consignas de izquierda como los que venían detrás de un
amplio cartel que rezaba: Agrupación La Chaira, frigorífico Swift.
El periodismo en días posteriores calculaban que la columna tenía mas de
20.000 personas contando a los estudiantes, y que al llegar a Av. San Martín
había ascendido a 25.000. Obviamente lo que presumimos quedó lejos de la
realidad, a los estudiantes solo nos identificaban por las pancartas.
Y se dió el primer enfrentamiento, al llegar a Maipú o Laprida nos
esperaba una doble hilera de jeep de la policía con un carro de asalto y un
tanque hidrante detrás.
Al ver semejante despliegue los de las primeras filas trataron de aminorar
la marcha, allí comenzaron los gases lacrimógenos y como respuesta las piedras.
Las molotov de un lado y el agua del otro quedaron a la espera porque la distancia no permitía
llegar a las filas adversarias (no quiero llamarlas enemigas porque también
llevábamos un cartel que decía, “Policia, hemano, no tires, también estamos
defendiendo tus derechos”)
Esa situación duró muy poco, porque las 7 u 8 cuadras de gente que venía
detrás no veía lo que pasaba adelante y continuaba avanzando, eran millones de
kilos fuerza que traía esa masa incontenible. De pronto aparece la columna que
venía por San Martin con unas 5.000 personas desde el Sur y eso descolocó a la policía.
(después conversando con compañeros no entendíamos como se habían dejado
sorprender por retaguardia, nadie les aviso de la nueva columna?, creo que hubo
improvisación por parte de la represión).
Eso generó un cambio en la marcha. Las filas de adelante no podían frenar
a la fuerza que se ejercía desde atrás y quedaba siendo blanco de las bombas de
gases o avanzar.
Ver que llegaba la otra columna y
continuar avanzando fue una sola cosa. Allí un grupo tomó la desición de correr
hacia adelante profiriredo gritos al mejor estilo de nuestros hemanos de los
pueblos originarios, se fueron plegando las filas que estaban a continuación,
lo mismo se hizo desde San Martín eso definió el enfrentamiento. Los policías
se desordenaron, corrieron hacia los
jeep, carro de asalto y algunos trepados al camión tanque hidrante emprendiendo
la huida hacia el centro por Laprida. En el desorden quedaron un par de jeeps,
en segundos fueron pasto de las llamas.
La celebración, los abrazos entre desconocidos era mas estentoreo que el
festejo del gol del triunfo en la final de un mundial de futbol.
Se despejó el camino y ambas columnas fueron hacia el centro con el
respaldo y apoyo de los vecinos, si, aplaudían el paso de las columnas.
Otras columnas tambien habían logrado avanzar e iban convergiendo hacia el
centro, allí es que vi “ el otro país”.
HE VISTO “EL OTRO PAIS”
Si, allí vi el otro pais, el centro practicamente tomado pacificamente,
algunos sentados al cordón de alguna vereda conversando como lo hacen en la
esquina del barrio, otros en el cesped de la plaza Sarmiento y de todas las
plazoletas de la zona céntrica, otros en calle Córdoba mirando vidrieras, todas
cubiertas por rejas, muchos se daban el
gusto que muy de vez en cuando podían dárselo, un paseo descubriendo las
novedades que había en el centro.
El ambiente que durante largo tiempo se podía cortar con cuchillo, alli se
volvió diáfano, respirable. En grupos de estudiantes comentábamos que nos
parecía ver a la gente en estado de felicidad. Así duro hasta que empezó a
oscurecer y la gente se fue retirando en paz, esa tarde del 16
de Septiembre de 1969 ví “el otro pais”.
EL FINAL
Al haber sido desbordada la policía en todos los enfrentamientos y
habiendo consumido el stock de bombas de gases lacrimógenos, la jefatura del
operativo de represión dió la orden de repliegue hacia las comisarías y
defenderlas, si era necesario con las armas convencionales.No fue ecesario, a
nadie se le ocurrió .
Entrada la noche se afectó al ejercito para hacerse cargo “la defensa de
vidas y bienes de la población” manteniendo el órden público y decretando el
toque de queda.
Esa noche solo se mantuvo la resistencia en el Barrio Empalme Graneros que
tenía una vecinal muy fuerte y la Unidad Básica que contaba con apoyo de la
población.
Allí intentó ingresar el ejército en medio de la oscuridad ya que habia
sido cortada la electricidad, pero el corte se les volvió en contra, desde el
oscuro anonimáto les llovían proyectiles de todo tipo por lo que debieron
retroceder a lugares mas seguros. Luego contaban en el barrio que cuando vieron
el repliegue de las fuerzas de represión solo se escucuchaban aplausos, vivas y
sapukais.
Así es que al día siguiente las tropas pudieron ingresar al barrio con
todo el poderío que tenían porque el resto de la ciudad estaba bajo control y
tomaron el dominio del mismo. Obviamente hubo varios detenidos que habían
intentado alguna resistencia, manifestantes golpeados que acudían a los
hospitales, policías que recibieron el impacto de algunas piedras, pero el 17
de Septiembre Rosario era patrullado por el ejército, el comercio, solo abrían
algunos almacenes de los barrio atendiendo con la puerta cerrada a los
conocidos.
A esa calma una revista de tirada nacional, creo que era Panorama, la
denominó como que la población estuvo en
sus casas en un estado que denominó “El reposo del guerrero”.
Roberto Bravo, 1975 rehechas en 2015-16-17
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