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jueves, 2 de mayo de 2019

MISCELÁNEAS DE LA VIDA UNIVERSITARIA EN TIEMPOS DEL ROSARIAZO


Reproduzco un artículo cuya autoría le corresponde a Roberto Bravo, compañero de militancia de aquellas épocas

                           EL ROSARIAZO


La vida me brindó la posibilidad de haber sido partícipe como estudiante de una gesta hasta ahora no repetida, de la que fue protagonista principal una generación reconocida y reivindicada por algunos y denostada y hasta vilipendiada por otros, mostrándola como un mal ejemplo a no seguir, o en el mejor de los casos echando un  manto de olvido. Es la generación conocida como SETENTISTA.
Quienes la reivindicamos debemos reconocer errores y desaciertos que a la postre la llevaron a la derrota, quiero agregar “por ahora” ya que cada vez deposito más confianza en las generaciones del siglo XXI.
Pero también hay que reconocer la hidalguía y honestidad con que se desenvolvió la gran mayoría, obviamente tuvo un alto costo. No había disputas por cargos, dádivas económicas ni acuerdos comerciales bajo cuerda, repito en la gran mayoría, como en todo no faltaron los corruptos, pero fueron los menos.
Esta gesta, de hace casi 48 años nos hizo vislumbrar otro país que no logramos, pero que lo vimos, o al menos así lo recordamos.

Quisiera enhebrar en esta miscelánea parte de un tema de Teresa Parodi
He visto al otro país…….
“Lo miré soltar su esperanza al viento 
Como una pandorga de sol en vuelo 
Lo miré volver del trabajo incierto 
Con el puño alzado lo sigo viendo” 
“Lo miré pelear defendiendo un sueño 
Lo miré en tus ojos, che compañero. 
Tan intensamente lo sigo viendo. 
Lo sigo viendo” 
Y agrego, lo sigo viendo, aun lo llevo en mis retinas .-
………………………………………………………
CONSIDERACIONES GENERALES
Si bien 1969 fue un año trascendental en vida la social y política de Argentina durante la segunda mitad del siglo 20, debemos tener en cuenta a los años anteriores que fueron una especie de preparación previa, ubicaba al gobierno militar en la vereda de enfrente de los intereses populares y había asumido mediante un golpe de estado encabezado por las fuerzas armadas en 1966, quien a poco de andar, con medidas antipopulares perjudicaba a la mayoría de la población, lo que lo dejó sobre un polvorín seco que solo necesitaba movilizaciones masivas para hacerlo detonar.
Aunque no fue determinante, el movimiento estudiantil jugó un papel importante en el proceso, en casos fue el detonante de algunas puebladas.
El movimiento estudiantil de Corrientes se levantó contra las medidas que perjudicaban al sector de una manera inédita, la muerte del estudiante correntino Cabral fue la chispa que encendió la pólvora y el percutor para que estallara Córdoba una semana después y Rosario a los cuatro meses con el Rosariazo, pero antes tuvo sus previas estudiantiles en Mayo con el asesinato del estudiante Bello baleado a quemarropa por un oficial de policía, también un joven obrero de apellido Blanco,  luego Tucumán, Mendoza, El Chocón, un segundo Cordobazo y movilizaciones por todo el país que provocó la destitución del General Onganía.
LAS PREVIAS
Las semanas previas a aquel recordado 16 de Septiembre habían sido de un estado de agitación como no se recuerda en Rosario.
El centro comercial era teatro de operaciones de las distintas fuerzas políticas opositoras en el desarrollo de actos relámpagos, volanteadas, estallido de explosivos que convulsionaban el ambiente.
SI en una esquina  se establecía un móvil policial era motivo para que de a poco se juntaran jóvenes, de allí a que uno de ellos pegara el grito de “Abajo la Dictadura” o el de “Asesinos” para que se iniciaran los enfrentamientos, piedra de un lado, gases del otro, corridas y una sorprendente complicidad por parte de los transeúntes. La atmósfera era tan densa que se podía cortar con cuchillo.
Todo ello y el malestar generalizado fue causa suficiente para que la filial local de la CGTA llame  a un paro general para el 16 de Septiembre, pero con la característica que los trabajadores trabajaban hasta las 10 de la mañana, hora de comienzo del paro con salida y encolumnados  para iniciar las marchas.
También el movimiento estudiantil en pleno se plegó con el mismo criterio y fue allí donde en los hechos firmó su alianza. Tan es así que una de las consignas mas voceada era “OBREROS Y ESTUDIANTES, UNIDOS Y ADELANTE”
Así llegamos a aquel…….
16 DE SEPTIEMBRE DE 1969
A los efectos de la organización de la movilizaciones se había constituido una coordinadora Obrero-Estudiantil en la que estaba representada la CGT de los Argentinos (CGTA), conducida a nivel nacional por el gráfico Raymundo Ongaro, ala combativa del movimiento obrero y  por las Organizaciones estudiantiles (todavía no existía la Federación Universitaria de Rosario, F.U.R., ya que tampoco existía la U.N.R.) por ello los centros de estudiantes estaban incorporados a la Federación Universitaria del Litoral, F.U.L.).
La otra central obrera era la CGT oficial o de calle Azopardo (por su ubicación en la ciudad de Buenos Aires) dirigida por el metalúrgico Augusto Timoteo Vandor, denominada dialoguista porque basó sus propuestas en acuerdo con el gobierno militar, se mantuvo al margen del paro lo que le causo considerable deterioro, hubo desbande y varios gremios se incorporaron a la CGTA, deteriorando la representatividad de Vandor y fortaleciendo a esta última.
La coordinadora se hizo cargo de la distribución, ubicación y constitución de las columnas que marcharían desde lugares de concentración laboral, convergiendo en el macro centro, Avenida Pellegrini, Bvrd. Oroño y el Río Paraná.
Desde muy temprano se fueron conformando según la ubicación de los lugares de concentración de trabajadores y de estudiantes, que era en las distintas facultades.
La que venía desde el Norte con obreros de las fábricas de San Lorenzo, Capitán Bermúdez y Granadero Baigorria, se concentró en Av. Alberdi y lo que hoy es la Av. de circunvalación, para que de allí marchar hacia el Sur donde se incorporaron los grupos del barrio Empalme Graneros, muy numerosos, compacto y voceaba la consigna “Empalme con Perón”, luego al llegar al Cruce Alberdi se integraron ferroviarios y obreros de los talleres de ferrocarril General Belgrano, allí se encontraron con varios ómnibus urbanos que habían quedado varados por la manifestación, y siendo más de las 10 hs. procedieron a incendiarlos como lo habían anticipado públicamente. Luego continuaron hacia el  Centro en cuyo trayecto se incorporaban estudiantes de las facultades de Medicina, Farmacia y Bioquímica para ingresar en el macro centro rosarino. 
Por las Avenidas Ovidio Lagos y Godoy venían marchando obreros metalúrgicos y gente de los barrios que se iba agregando a su paso, en Bvrd Oroño se integraron estudiantes de ciencias Económicas, Derecho y Ciencias Agrarias.
Otra columna fue la que integró a los que venían por la costanera desde el Sur, los obreros de la carne con el Swift a la cabeza, obreros portuarios y grupos de fábricas del Sureste rosarino que iban provistos de todo tipo de detonantes mas gran cantidad de molotovs.
Al llegar a  la Avenida 27 de Febrero subieron hacia el Oeste, en la esquina de Necochea  y 27 estaban concentrados a la espera Centros y Agrupaciones estudiantiles de Arquitectura e Ingeniería , Tecnológica (UTN) y el Politécnico. Continuaron la marcha hasta San Martín donde se incorporó una nutrida columna que venía por la Avenida San Martín. Allí se dio el primer enfrentamiento directo de estas columnas con la policía.
Todas las columnas tenían un objetivo, llegar al Centro Económico y Neurálgico de Rosario, allí esperaban empleados públicos, de comercio, pequeños propietarios, estudiantes de Filosofía y Letras, periodismo y de Institutos terciarios. Llegaron y lo lograron, vaya si lo lograron.
Llegar implicó varios enfrentamientos, escaramuzas, en las que no se escatimaba el uso de bombas de gases lacrimógenos de un lado y piedras o molotov del otro, hasta se habían implementado grandes gomeras hechas con orquetas cortadas de ramas gruesas de árboles atadas en ambos extremos a gomas de cámaras de rueda de camión y el percutor era un pedazo de cuero o lona atado en las puntas a las gomas, y allí se colocaban piedras grandes y en casos, molotov, el alcance y el poder de fuego era impresionante, pero lo que mas impresionaba era el número, la cantidad de manifestantes que desbordaba las avenidas por donde avanzaban.
Pude apreciar algoque me sorprendió. Fue la participación de la gente de los barrios. Cuando se acercaba la policía, los manifestantes armaban barricadas con todo tipo de material al que se le pudiera encender y en mas de una ocasión el vecino acercaba muebles o maderas a desechar para alimentar las barricadas. Fue algo inpensado.   
Cabe destacar que en las columnas no solo había trabajadores con sus respectivos sindicatos o estudiantes con sus organizaciónes, también se había incorporado la gente del barrio, otros que por la libre formaban grupos que se armaban espontaneamente, o personas que se dirigían a las avenidas y de alli al centro, comenzando a conversar con otros en las mismas condiciones y terminaba formándose un grupo. No faltaban los que iban con algun atuendo futbolero y al rato ya era un grupo identificados con los mismo colores.Reitero, hubo mucho de espontáneo.


Foto: Grupos estudiantiles identificados por carteles de la Federación Universitaria Argentina (FUA) se concentraron en zonas del macrocentro rosarino a la espera de la llegada de las columnas que iban acercándose, quienes protagonizaron uno de los primeros hechos de violencia interceptando un ómnibus urbano con solo un par de pasajeros después de la hora estipulada para el paro y movilización a las 10 hs., como reza lo pintado en la chapa quemada, “ASI TERMINAN LOS CARNEROS”,  haciendo bajar al pasaje y al conductor que luego se plegó a la marcha,  procediendo a continuación a incendiar el vehículo molotov mediante.
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Esa mañana el Gallego Guillermo me despertó temprano porque debíamos llegar antes, ya que teníamos paquetes con los volantes para llevar al lugar de encuentro previo, donde se distribuía a las distintas facultades. Como dije, me despertó y lo hizo con mate en la cama, realmente era algo inusual, parecía premonitorio.
Tomamos el colectivo, callados, pensando, de pronto rompió el silencio  con un, “hoy se va a armar un quilombo de órdago”, No se equivocó, haber organizado el paro a partir de las 10 de la mañana, con salida ya encolumnados implicó que los obreros se plegaran masivamente a las marchas que se iniciaron por lugar de trabajo y facilitaba la participación, pero lo realmente nuevo fue el protagonismo de los trabajadores y del hombre común que solo habia sido espectador.
En el punto de concentración que le correspondía a nuestra facultad era Necochea y 27 de Febrero, allí nos encontramos con otra sorpresa, ya habían llegado unos dos a tres mil estudiantes de solo tres facultades y una escuela. Quedamos a la espera de la columna obrera, pensabamos que la marcha iba a tener mayoría de estudiantes. A poco de ello comenzaron a aparecer por el bajo, en la costanera y 27 de Febrero gente con carteles que no alcanzábamos a leer y comenzaron a subir por 27, la columna era interminable, continuaban subiendo y no se veía el final, seguían apareciendo de manera no pensada, en un momento las imperfecciones de la subida de 27 permitia ver solo las cabezas de los manifestantes, con el avance parecía una alfombra ondulante.
Comenzamos a escuchar los cánticos y ver los carteles, había de todo y para todos, los mas mencionaban a Perón, otros cantando el presente de alguna fabrica y otros con consignas de izquierda como los que venían detrás de un amplio cartel que rezaba: Agrupación La Chaira, frigorífico Swift.
El periodismo en días posteriores calculaban que la columna tenía mas de 20.000 personas contando a los estudiantes, y que al llegar a Av. San Martín había ascendido a 25.000. Obviamente lo que presumimos quedó lejos de la realidad, a los estudiantes solo nos  identificaban por las pancartas.
Y se dió el primer enfrentamiento, al llegar a Maipú o Laprida nos esperaba una doble hilera de jeep de la policía con un carro de asalto y un tanque hidrante detrás.
Al ver semejante despliegue los de las primeras filas trataron de aminorar la marcha, allí comenzaron los gases lacrimógenos y como respuesta las piedras. Las molotov de un lado y el agua del otro quedaron  a la espera porque la distancia no permitía llegar a las filas adversarias (no quiero llamarlas enemigas porque también llevábamos un cartel que decía, “Policia, hemano, no tires, también estamos defendiendo tus derechos”)
Esa situación duró muy poco, porque las 7 u 8 cuadras de gente que venía detrás no veía lo que pasaba adelante y continuaba avanzando, eran millones de kilos fuerza que traía esa masa incontenible. De pronto aparece la columna que venía por San Martin con unas 5.000 personas  desde el Sur y eso descolocó a la policía. (después conversando con compañeros no entendíamos como se habían dejado sorprender por retaguardia, nadie les aviso de la nueva columna?, creo que hubo improvisación por parte de la represión).
Eso generó un cambio en la marcha. Las filas de adelante no podían frenar a la fuerza que se ejercía desde atrás y quedaba siendo blanco de las bombas de gases o avanzar.
Ver que llegaba la otra  columna y continuar avanzando fue una sola cosa. Allí un grupo tomó la desición de correr hacia adelante profiriredo gritos al mejor estilo de nuestros hemanos de los pueblos originarios, se fueron plegando las filas que estaban a continuación, lo mismo se hizo desde San Martín eso definió el enfrentamiento. Los policías se desordenaron,  corrieron hacia los jeep, carro de asalto y algunos trepados al camión tanque hidrante emprendiendo la huida hacia el centro por Laprida. En el desorden quedaron un par de jeeps, en segundos fueron pasto de las llamas.
La celebración, los abrazos entre desconocidos era mas estentoreo que el festejo del gol del triunfo en la final de un mundial de futbol.
Se despejó el camino y ambas columnas fueron hacia el centro con el respaldo y apoyo de los vecinos, si, aplaudían el paso de las columnas.
Otras columnas tambien habían logrado avanzar e iban convergiendo hacia el centro, allí es que vi “ el otro país”.
HE VISTO “EL OTRO PAIS”
Si, allí vi el otro pais, el centro practicamente tomado pacificamente, algunos sentados al cordón de alguna vereda conversando como lo hacen en la esquina del barrio, otros en el cesped de la plaza Sarmiento y de todas las plazoletas de la zona céntrica, otros en calle Córdoba mirando vidrieras, todas cubiertas por rejas, muchos se daban el  gusto que muy de vez en cuando podían dárselo, un paseo descubriendo las novedades que había en el centro.
El ambiente que durante largo tiempo se podía cortar con cuchillo, alli se volvió diáfano, respirable. En grupos de estudiantes comentábamos que nos parecía ver a la gente en estado de felicidad. Así duro hasta que empezó a oscurecer y la gente se fue retirando en paz, esa tarde del 16 de Septiembre de 1969 ví “el otro pais”.
EL FINAL
Al haber sido desbordada la policía en todos los enfrentamientos y habiendo consumido el stock de bombas de gases lacrimógenos, la jefatura del operativo de represión dió la orden de repliegue hacia las comisarías y defenderlas, si era necesario con las armas convencionales.No fue ecesario, a nadie se le ocurrió .
Entrada la noche se afectó al ejercito para hacerse cargo “la defensa de vidas y bienes de la población” manteniendo el órden público y decretando el toque de queda.
Esa noche solo se mantuvo la resistencia en el Barrio Empalme Graneros que tenía una vecinal muy fuerte y la Unidad Básica que contaba con apoyo de la población.
Allí intentó ingresar el ejército en medio de la oscuridad ya que habia sido cortada la electricidad, pero el corte se les volvió en contra, desde el oscuro anonimáto les llovían proyectiles de todo tipo por lo que debieron retroceder a lugares mas seguros. Luego contaban en el barrio que cuando vieron el repliegue de las fuerzas de represión solo se escucuchaban aplausos, vivas y sapukais.
Así es que al día siguiente las tropas pudieron ingresar al barrio con todo el poderío que tenían porque el resto de la ciudad estaba bajo control y tomaron el dominio del mismo. Obviamente hubo varios detenidos que habían intentado alguna resistencia, manifestantes golpeados que acudían a los hospitales, policías que recibieron el impacto de algunas piedras, pero el 17 de Septiembre Rosario era patrullado por el ejército, el comercio, solo abrían algunos almacenes de los barrio atendiendo con la puerta cerrada a los conocidos.
A esa calma una revista de tirada nacional, creo que era Panorama, la denominó  como que la población estuvo en sus casas en un estado que denominó “El reposo del guerrero”.
    Roberto Bravo, 1975 rehechas en 2015-16-17




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