Aldo
Mangiaterra – 7 de abril de 2018
Me encuentro circunstancialmente en España por razones familiares, y en
estos días ocupa titulares de prensa una noticia que no puedo menos que
comentar.
Recordemos que en marzo de 1996 ganó las elecciones españolas el Partido
Popular, derecha filo franquista hoy nuevamente en el gobierno.
En mayo de ese año asume José Aznar y en julio del mismo año se crea la
Universidad Rey Juan Carlos.
Según opiniones, que me merecen mucho respeto, el objetivo principal de esa
creación fue el de contar con una institución académica afín, en la cual se
otorgaran cargos a funcionarios y acólitos del gobierno. Pero parece que algo
más.
Cristina Cifuentes, Presidenta de la Comunidad de Madrid por el mismo Partido
Popular, exhibía entre sus antecedentes un máster de Derecho Autonómico obtenido
en 2012 en la citada universidad.
En estos días estalló un escándalo. Asociaciones de estudiantes (según
los medios de prensa), pusieron en duda esa graduación y solicitaron una
investigación.
Ante ello Cristina Cifuentes declaró
que a causa de sucesivas mudanzas no encontró aún el Trabajo Final presentado.
A su vez Javier Ramos, rector de la
universidad, reveló que en la administración del centro no constaba ni el
acta ni el Trabajo de Fin de Máster de Cristina Cifuentes y, por si fuera
poco, la profesora Alicia López de los
Mozos declaró que no reconoce el acta del tribunal de trabajo de fin de máster
(TFM) de Cifuentes, que aparecía con su nombre y firma como presidenta del
tribunal.
En realidad poco o nada hay para comentar; vale la tradicional expresión
“los comentarios huelgan”