INÉDITO
Indudablemente en Argentina estamos ante
un hecho inédito: el gobierno de Javier Milei
Francamente nunca imaginé que esto podía
pasar
Un gobierno abiertamente reaccionario
votado por mayoría popular y, en particular, por la juventud
Inédito también por la personalidad del
presidente electo, que dice hablar con un perro muerto, que sin ser judío viaja
a EEUU para agradecer el resultado de las elecciones a un ignoto rabino, que,
cual émulo de Napoleón, pretende que la república le otorgue la suma del poder
público, o que inventa una Argentina mágica, país más rico del mundo 120 años
atrás
La verdad es que, como suele acontecer,
la realidad supera la ficción
El realismo mágico de García Márquez o de nuestro Julio Cortázar ha quedado chico
Inédito también porque de golpe, de un
día para el otro, ya como presidente, descarga un insólito DNU derogando o
modificando centenares de leyes y pocos días después propone al Congreso, con
pretensión de imponer, otros varios centenares de leyes
Vale la pena tener en cuenta dos
características de ambos
Una es que en ambos hechos se incursiona
en los más variados temas, que abarcan prácticamente toda la institucionalidad
argentina
La otra es que tamaña elaboración carece
de autoría concreta
¿Quién o quienes, las redactaron?
Su contenido ideológico es similar al de
la última dictadura militar, o al del menemismo de los 90, o al del gobierno de
de la Rúa, o al de Macri
Pero, a diferencia de esos casos ahora
no hay un Martínez de Hoz que lidera esa elaboración en la dictadura o un Dromi
durante el menemismo o un Cavallo como en el 2001
Creo que esa especie de anonimato tiene
un alto grado de simbolismo
En este caso se trata de un programa que
abarca toda la vida social, política, económica, artística y deportiva de la
argentina, que expresa los intereses de la o las clases dominantes de nuestro
país, es decir de lo que algunos llaman “el poder real”
Ese programa no tiene autor porque es el
resultado de una elaboración colectiva, es el programa de la clase dominante,
es el programa con el cual pretenden someter a los trabajadores y también a
extensas capas de la población
Es el programa que beneficia sólo a un
sector reducido, no más de un 3 o 4% de la población, es decir menos de 2 millones
La única manera de resistir e impedir su
éxito es mediante la fuerza expresada a través de la movilización popular
Primero la indignación que en algún
momento va a alcanzar a la mayoría de quienes votaron a Milei, pero después el odio,
el sano odio hacia quienes nos dominan
No es posible el amor al pueblo sin el
odio hacia los opresores
No es cierto que el programa de Milei
perjudica a todos los argentinos, como han expresado algunos dirigentes
políticos de la oposición
Detrás de su programa están sus
beneficiarios
Recuerdo un pasaje de una obra de
teatro, de trama histórica, en que San Martín, en Mendoza, recibe a un joven
recluta que pretende incorporarse al ejército revolucionario
Le pregunta “tu madre te ha pegado
alguna vez” y, ante la respuesta afirmativa, le dice “olvídalo”
La otra pregunta es “algún godo te ha
pegado alguna vez” y el joven afirma que sí; ante lo cual San Martín le indica
“no lo olvides nunca”
No se puede construir una resistencia
efectiva sin el odio a los opresores
El odio hacia quienes, con absoluto
desprecio, condenan a la miseria a millones de jubilados
El odio hacia los responsables del
desamparo de la mayoría de la niñez
El odio hacia quienes desprecian el
trabajo, desprecian a los trabajadores y, para colmo, predican que jubilados,
niños y trabajadores tenemos que sufrir para aprender
Tenemos que desandar los odios, pero los
que dividen al pueblo, y cultivar el odio hacia los opresores, que no es odio
hacia persona o personas en particular y menos aún agresión física a ninguno,
es odio de clase, sano odio liberador
El capitalismo de la mayor parte del
siglo XX vivió atemorizado ante los avances de la revolución rusa y después la
china
Ese temor lo obligó a hacer algunas
concesiones, como el llamado “estado de bienestar”
Pero en el siglo XXI, después del
fracaso de los intentos revolucionarios por superar el capitalismo, este agudiza
su pretensión de acrecentar la explotación y concentrar la riqueza; lo que, en
el terreno político, se expresa como crecimiento de las derechas, en Argentina
y en gran parte del mundo
Ante ello, en no pocos casos, sectores
progresistas, caen en la resignación y pregonan el fatalismo aseverando que “el
capitalismo es el mejor sistema de producción de bienes y servicios” y proponen
que, lo que se puede hacer, son solo regulaciones, las cuales, vía tributaria,
impliquen “justicia social”, haciendo que los ricos devuelvan una parte de lo
obtenido, pero sin alterar la estructura social de explotación de los trabajadores
y concentración de la riqueza, es decir sin que los opresores dejen de ser “el
poder real” mediante la propiedad de los principales
medios de producción, de comunicación y de distribución y cambio
Para peor algunos consideran que, esas
regulaciones, permiten “humanizar el capital”
Las avanzadas de derecha, como es el caso
de Milei, que quieren retrotraer la sociedad a los valores de principio del
siglo XX, están condenadas al fracaso
El problema es que en su camino al
fracaso producen inmenso daño
Hay quienes, perplejos ante el triunfo
de Milei-Villarruel, se preguntan ¿cómo es posible que esto haya sucedido?
En mi opinión es posible porque en la
Argentina posterior a la dictadura, lo que no cambió es el poder real, el poder
que otorga la propiedad de los principales medios de producción, de
comunicación y de distribución y cambio
Ese poder, con su inmensa capacidad de
maniobra, recrea permanentemente variables políticas a su servicio; ahora es
Milei, antes fue Macri y antes fue Menem
Hubo propuestas para alterar ese poder:
el artículo 40 de la constitución del 49, los programas de la CGT de La Falda (1957),
de las 62 organizaciones en Huerta Grande (1962) y de la CGT de los Argentinos
(1968)
Esas propuestas siguen vigentes, pero
han sido abandonadas por la burocracia sindical y por las diversas variantes
del peronismo
LA BUROCRACIA SINDICAL
Hay una capa de dirigentes que se han
apropiado de las principales organizaciones sindicales
Las manejan como propietarios,
al punto extremo en que se transmite la “propiedad” como si fuera herencia, tal
el caso de Víctor Santamaría en el Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y
Horizontal (SUTERH en CABA), Pablo Moyano en
Camioneros o Barrionuevo en Obras Sanitarias en Rosario
Además, en algunos casos, esos dirigentes son
también empresarios, en forma directa o mediante testaferros
Esos dirigentes convierten a los sindicatos en una
especie de empresas de tercerización, intermediando entre empresarios y los
trabajadores
Por un lado garantizan a los empresarios el control
de los trabajadores, conteniendo e incluso reprimiendo a los trabajadores
combativos
Pero, a la vez, para cumplir ese servicio, piden a
las patronales acuerdos que, medianamente, los posicionen como supuestos defensores
de sus representados
En no pocos casos esos dirigentes explicitan su
papel de intermediarios proclamándose proveedores de un servicio; así se
expresan en un cartel de UDA “estamos a tu servicio” o en un aviso televisivo
de gastronómicos
La mayoría de los empresarios, si fuera por sus
deseos de clase querrían eliminar los sindicatos
Las propuestas de Milei apuntan en ese sentido
Sin embargo el capitalismo no ha podido impedir los
sindicatos y los ideólogos más avezados entienden que es mejor contar con esa burocracia
que tener que enfrentar trabajadores combativos que se puedan guiar por su
instinto de clase y organizarse de manera independiente
En Argentina hay una gran extensión de la
organización sindical pero es como una herramienta deteriorada
Para liberar toda su potencialidad combativa es
preciso arrancarla de las manos que quienes hoy ostentan el dominio de la las
grandes organizaciones sindicales
El del “estado débil”
Hay quienes pregonan que Milei o Macri (¿hay
diferencias?) quieren un estado débil y pequeño
Nada más alejado de la realidad
Lo que quieren es un estado fuerte, capaz de
garantizar el cumplimiento de leyes y normas que aseguren el funcionamiento de
una sociedad donde rija la ley del más fuerte
Para ellos el estado necesario, el esencial,
consiste en fuerzas armadas, fuerzas de seguridad y poder judicial, es decir el
estado como garante de las relaciones de producción
Otro mito es el que utilizó Milei, el que afirma que
el problema es “la plata que se robaron los políticos”
El mito pretende atribuir la pobreza y la
injusticia sólo a la corrupción, ocultando la explotación
Es cierto que en los partidos tradicionales anida
una especie de burguesía burocrática, que se encarga de gestionar el estado y
que cobra por ese “trabajo”; algunos logran su permanencia incluso cambiando de
divisa sin ningún rubor (Scioli?), tampoco faltan algunos notorios casos de
corrupción
De paso sea dicho el espectáculo parlamentario de
estos días nos muestra que poco podemos esperar de la mayoría de los actuales parlamentarios
Pero lo que es falso es que allí esté concentrada
la principal acumulación de riqueza; ese mito sirve para ocultar la apropiación
y concentración de la riqueza en manos de grandes empresarios, de terratenientes y de capitales internacionales
En el caso de un dirigente político corrupto que
cobre 10 hay detrás un empresario corrupto que se queda con 90
Quedan pendientes algunos otros mitos, por ejemplo las causas de la inflación, pero lo difiero en el afán de publicar lo redactado
Genial la opinión Aldo y, desde ya, nunca hay que olvidar quienes son los que detentan el poder real en este país. Te hago algunos comentarios:
ResponderEliminar1.- Creo que el hecho de que amplias capas de la población, transversales en cuanto a su edad y su situación económica, hayan votado a semejante esperpento, tiene varias causas que no fueron interpretadas por la política tradicional que, para colmo, suele mencionar la autocrítica pero nunca acaba de ejercerla de modo que realmente modifique su accionar.
2.- La estructura laboral en la Argentina se ha modificado sustancialmente en las ultimas décadas por lo que una gran cantidad de gente no se siente representada ni adhiere a ninguna estructura sindical que, como vos mencionas, es mayoritariamente corrupta y cómplice.
Ohh, hice alguna pavada y envié el comentario inconcluso, sigo
ResponderEliminar2.- continuación: Podemos seguir hablando de las clases sociales en la forma tradicional, habiendo tanta gente que no adscribe a la idea argumentando que ellos forjan su propio destino y que hacen la suya??
3.- Habiendo fracasado las propuestas para modificar las estructuras fundantes de nuestra sociedad, con la opinión generalizada (aun de gente muy progresista como vos decís) de que la mejor forma de gobierno es la democracia actual que obviamente esta enmarcada en el capitalismo, cual seria la propuesta?
4.- Instaladas como están las ideas de que el problema es la corrupción (y obvio que hay que eliminarla), el derroche de dinero en planes sociales y en la política, que herramientas podemos usar para contrarrestarlo??
Es un momento muy difícil, aparte de hacer comunidad creo que hay que estudiar, discutir y tratar de llegar a nuevas propuestas y nuevos medios para llevarlas adelante. No tengo idea de cuales sean, pero habría que pensar como empezamos a hacerlo.
Gracias otra vez por la publicación, ya nos vemos Rosa
Aldo realmente tampoco jamás pensé ver de vuelta un Gobierno como este, es muy triste y cruel, pero fracasará rotundamente con un daño muy grande de por medio, pero esto tiene q servir para q parte de la sociedad vea, escuche y se acerque a las clases trabajadoras y sus brazos políticos q los representan realmente. Gracias por el artículo muy claro y para pensar como siempre. Un abrazo grande profesor.
ResponderEliminarPerdón no salió el nombre en el comentario Juan Manuel Azzaro
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