“Desde que la ley de Obama sancionada en noviembre de 2014 reconociera el derecho de propiedad de ciudadanos y empresas estadounidenses de lo que se apropien en el espacio………….”
El
panorama que describe es asombrosamente parecido al que, imagino, podría escribir
un periodista del año 1500, anticipando la conquista de América
Elon Musk
y Jeff Bezos me hacen acordar a Hernán Cortés y Francisco Pizarro, relamiéndose
al pensar en la riqueza que la conquista les puede brindar
Y por
supuesto, detrás de ellos, las potencias hambrientas de poder que, al igual que
las potencias europeas de aquella época, cifraban en ello las expectativas de
su expansión
(Los subrayados y colores son de mi autoría)
El Cronista - N° de edición: 9.176 - 28 de Septiembre de 2021
Actualizado el 19/01/2021
En la primera semana de enero, de acuerdo al índice de
la Agencia Bloomberg que mide a los hombres más ricos del mundo, Elon Musk pasó
a ser el primero, con un patrimonio de u$s 188.500 millones, y superó así a
Jeff Bezos, que había encabezado el ranking en años recientes, por u$s 1.500
millones.
El gran impulso
a la riqueza de Musk se dio en 2020
con las acciones de Tesla, su empresa que produce autos eléctricos, que subieron 743%,
mientras que su patrimonio
personal crecía 482% durante el mismo periodo, en una evidencia de que
la gran acumulación de riqueza que ha generado la pandemia no se ha dado sólo
en el sector tecnológico. Esto sucedió aunque la empresa Amazon de Bezos, quien
bajó al segundo lugar, subió su valor accionario también varias veces.
Pero los dos empresarios más ricos del mundo que se
disputan el primer lugar en el ranking de Bloomberg tienen otra competencia
menos visible pero con mayor proyección en el largo plazo: la pugna por la
participación en la carrera espacial. Desde que la ley de Obama sancionada en noviembre de 2014
reconociera el derecho de propiedad de ciudadanos y empresas estadounidenses de
lo que se apropien en el espacio, esto impulsó la política para
ampliar el rol de las empresas privadas en el plan espacial estadounidense, que
tiene al Estado como principal ejecutor a través de la NASA.
En los últimos años se incrementó notoriamente el rol
privado en este ámbito, lo que permitió a los Estados Unidos mantener una
posición predominante frente a China, lo que no ha podido hacer en otros
ámbitos.
La empresa SpaceX de Musk ha avanzado mucho en este
campo. Lo ha hecho no solamente por el monto de las inversiones y contratos
obtenidos, sino también por la capacidad de innovar tecnológicamente, como la
idea de reutilizar los cohetes, disminuyendo sensiblemente los costos. La
carrera espacial para los Estados Unidos tiene como próximos hitos la llegada
del hombre a la Luna en 2024 y a Marte a partir del 2030, año en el que también
China planea establecer una presencia humana en la Luna.
La explotación
de los recursos naturales extraterrestres es la clave económica de largo plazo
de la carrera espacial,
junto con la mayor capacidad en el campo de la defensa que tendrán los países
que tengan más desarrollo en este campo.
Pero Bezos también es un jugador en este terreno. Su
empresa se denomina Blue Origin y también es un activo contratista de la NASA
en la carrera espacial y un innovador en el campo tecnológico. En esta área
también el sudafricano Musk por ahora lleva ventaja.
Una firma tecnológica como Amazon es un gran jugador
en el campo de las empresas de este orden en el corto plazo, mientras que una
de automóviles eléctricos como Tesla, que tiene efectos beneficiosos para el
medio ambiente, es un jugador decisivo en el mediano plazo. Pero empresas
privadas líderes en la carrera espacial como SpaceX y Blue Origin lo son en el
largo plazo.
El objetivo en el corto plazo de Musk es enviar una
nave espacial a Marte en 2022. Para el empresario, llegar a este planeta
implica iniciar su colonización, algo que tendría lugar a lo largo de las tres
primeras décadas del siglo XXI. Pero para ello necesita hacer un pie en Marte
lo antes posible.
La misión que está preparando para el año próximo
tiene como premisa llegar con una nave espacial con carga, buscando que la
presencia humana se dé a finales de esta década o, de ser posible, alrededor de
2025.
Según el plan de negocios de la empresa, ello
permitiría un viaje entre Los Ángeles y Nueva York en 20 minutos y de Londres a
Hong Kong en sólo 34. Otro proyecto de Space X, más allá de las expediciones
espaciales, es la puesta en órbita de una constelación de satélites denominada
"Starlink", capaz de proveer conexión de banda ancha en todo el
planeta a muy bajo costo.
Respecto a Blue Origin, su objetivo en el corto plazo
es lograr llevar humanos a la Luna en 2024, algo que Bezos impulsa como parte
del programa Artemisa. Está dando prioridad tecnológica a resolver la etapa de
descenso del módulo lunar, para lo que se utilizará el cohete New Glenn, ya
probado y reutilizado. De acuerdo a la NASA, se necesitarán u$s 25.000 millones
para que el proyecto sea posible.
El objetivo inicial era que el hombre volviera a la
luna en 2028, pero Donald Trump, a principios de 2019, decidió adelantarlo al
2024, para el final de un hipotético segundo mandato, aumentando para ello el
ritmo de la inversión. El proyecto de largo plazo de Bezos es la creación de
cápsulas cilíndricas gigantes espaciales con capacidad de servir de hábitat a
grandes poblaciones terrestres.
Mientras tanto, la prioridad por llegar a Marte se
acelera. En 2021 se enviarán tres misiones hacia el Planeta rojo: la sonda Hope
de Emiratos Árabes Unidos, el rover Tianwen-1 de China, que explorará la
superficie, y el descenso de un robot helicóptero, el Ingenuity, en la
superficie de Marte por parte de Estados Unidos.
En este
contexto, la ventaja global que tiene Estados Unidos es haber logrado que la
inversión privada participe de ella, como lo confirma que los dos hombres más
ricos del mundo, Musk y Bezos, con clara visión de largo plazo, ya sean
jugadores en este ámbito.
La geopolítica
del siglo XXI, que tiene como principales protagonistas a Estados Unidos y
China, se manifiesta en la pugna entre ambos por el predominio en la tecnología
y la carrera espacial. En ambos campos, los dos hombres más ricos del mundo
están jugando un rol muy relevante. Pero en el mundo hiper-globalizado empresas
y empresarios terminan teniendo también nacionalidad.
Sin ninguna duda Cbina cuenta con tecnología muy avanzada, veamos si no "su sol" y próximamente "su luna", claro EEUU cuenta con tecnología y la inversión privada "por ahora", veremos cómo se presenta el futuro.
ResponderEliminar