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sábado, 3 de junio de 2017

CARTA A LOS COMPAÑEROS DE LA UNIDAD - ABRIL 2013

Aldo Mangiaterra                                                                              abril de 2013

Compañeros de La Unidad:

            Sobre las elecciones de consejeros estudiantiles no hago comentarios. Hace ya trece años que concurro al escrutinio y veo resultados que, además de la satisfacción que me producen, alimentan mis convicciones.
            Lo que sigue lo escribí antes de las elecciones, pero no lo mandé porque ustedes estaban naturalmente absorbidos por esa tarea.

            En primer lugar quiero expresar mi respeto por el boletín sobre Educación. Revela seriedad, esfuerzo y nivel característicos de quienes integran La Unidad.

            En el capítulo “Presentación” dice “……nos vemos entusiasmados por la potencialidad que tenemos colectivamente y nos vemos impulsados a compartir algunas reflexiones propias, que esperamos se conviertan en aportes a lo colectivo y al debate entre compañeros……..”. Comparto ese espíritu y me sumo con opiniones que a continuación expongo.

           
Comparto plenamente lo expresado en “Reflexiones finales” cuando afirma que el aparato educativo está al servicio del sistema de relaciones sociales y productivas que lo contiene y que sería ilusorio pensar un cambio real sin plantear una alternativa al sistema capitalista al que la educación actual responde.
            Entiendo que esa es la premisa fundamental desde la cual se debe abordar el tema de la educación. La comprensión de la misma significa un salto de calidad para quienes participamos en el campo educativo y ejercemos la crítica del actual sistema y, de ser consecuentes con ella, lo que cabe es adoptar una actitud revolucionaria en el campo de la política, tanto educativa como general.
            Naturalmente surge la pregunta de página 18: ¿Qué HACEMOS?

            Acá doy paso a algunas reflexiones propias y me voy a referir en particular a la universidad estatal.
Considero que son cuatro los temas principales que definen cual es en definitiva el tipo de universidad
                                    Contenido de la enseñanza
Autonomía político-académica y recursos presupuestarios
                                    Participación de estudiantes y docentes en su gobierno
Composición social del estudiantado

Pretendo poner de manifiesto esenciales rasgos contradictorios de la universidad estatal argentina:
- por un lado un contenido de la enseñanza en el cual predominan netamente las concepciones ideológicas hegemónicas en la sociedad y por el otro la subsistencia de libertad ideológica que posibilita el discurso crítico desde sectores de docentes y estudiantes
- por un lado dependencia del poder político, principalmente presupuestaria, y por el otro un importante grado de autonomía, con actividad política y participación de trabajadores y estudiantes en su gobierno
- por un lado un acceso limitado a capas restringidas de la población, fundamentalmente por razones económicas y por el otro una integración relativamente masiva, por su número, incluyendo estudiantes que trabajan
Seguramente la conquista principal de la Reforma Universitaria de 1918 es precisamente ésa:
una universidad relativamente contradictoria en medio de la sociedad capitalista, lo que permite la acción social y política del movimiento docente y estudiantil junto al pueblo e incluso, en ocasiones, la actuación de la propia institución en tal sentido.

La gratuidad y el ingreso irrestricto permite que los estudiantes universitarios argentinos provengan, en su gran mayoría, de las capas medias, es decir de sectores sociales con intereses objetivos contradictorios con los de la gran burguesía dominante. Es mas, en muchos casos se trata de sectores que han sufrido fuertes crisis, se han empobrecido relativamente y vienen disminuyendo su participación en el reparto de la riqueza. A esto se suman las dificultades, económicas en primer término, pero también específicas de la universidad, como sucede en muchos casos por edificios inadecuados, insuficiencia de docentes, baja calidad de la enseñanza, etc., que hacen que sus reivindicaciones resulten contradictorias con lo que el sistema político-social les brinda.
Por otra parte el cuerpo docente se compone cada vez más de trabajadores asalariados, que pugnan por sus reivindicaciones, particularmente la salarial y muestran a los estudiantes un panorama conflictivo.

En estas condiciones, la universidad estatal argentina no es un coto cerrado de las grandes corporaciones y de las instituciones rectoras del sistema político-social, como lo son las universidades privadas.
La universidad estatal argentina es parte del campo de batalla dentro del cual se expresa y desarrolla la lucha entre los intereses de distintas clases y sectores sociales.
Allí actúan partidos, organizaciones, sectores políticos, agrupaciones, sindicatos, que de un modo u otro, en mayor o menor medida reflejan esos intereses.
La experimentada burocracia universitaria (de distintas pertenencias partidarias) pone en juego no sólo sus ideas sino también su arsenal de herramientas de dominación, entre ellas la corrupción e incluso medidas represivas y discriminatorias.
No obstante nada ha impedido que, a lo largo del tiempo, se desplieguen fuerzas, sobre todo estudiantiles, cuestionadoras del modelo de universidad y de país y que hayan logrado expresarse interna y externamente, participando también junto a otras manifestaciones populares. ¿Cómo explicar, si no, la unidad obrero estudiantil en el Cordobazo y el Rosariazo; la actitud de las gobiernos iniciados por Onganía y Videla con respecto a las universidades; el aporte de la inmensa mayoría del arco universitario en la lucha por los derechos humanos; o bien el papel detonante y la participación masiva de docentes y estudiantes en la rebeldía del 2001 que, entre otras cosas, dio lugar al surgimiento de LA UNIDAD?

Así vistas las cosas entiendo que el papel de quienes accedimos a una conciencia revolucionaria es la lucha en diferentes planos vinculados entre sí.
- uno de ellos es la disputa de la subjetividad (en términos utilizados por el Boletín), es decir la lucha de ideas para hacer comprensible la esencia de la actual sociedad, denunciar las injusticias y desnudar las falacias con que se reviste y hacerlo en particular con el sistema educativo.
- otro es el reivindicativo específico, que procura  reformas concretas, y a la vez va educando en la lucha y facilitando el acceso a la comprensión de las cuestiones esenciales.
- otro es la disputa de poder; acceder en alguna medida, aunque sólo sea precaria y provisoria, a instancias directivas, con el objetivo de convertirlas en plataforma de acción reivindicativa y de propaganda política.
 - por último creo que existe un plano de acción consistente en procurar ligar las luchas específicas con las del conjunto del pueblo, tratando  de sumar fuerzas y educar en la solidaridad popular.

Vuelvo a la pág. 18
Me permito proponer un cambio en el último párrafo del Boletín:
creo que donde dice “Aunque ahogados dentro de un sistema y una historia…..”, debería decir “Orgullosos de nuestra actitud y nuestra historia……”

En lo que sigue me tomo la libertad de expresarme con libertad (valga la redundancia) en algunas cuestiones abordadas en el Boletín, pero sin seguir un orden de jerarquía e importancia.

Sobre el conocimiento
El conocimiento es el producto de la actividad humana en procura de conocer las leyes del desarrollo de la naturaleza y la sociedad.
Según Marx las fuerzas productivas están compuestas por los medios de producción, los seres humanos con capacidad de trabajo y los conocimientos que estos poseen. Naturalmente el capitalismo procura convertir al conocimiento en mercancía útil al proceso de acumulación. Hay empresas que almacenan y producen conocimiento y lo venden en el mercado; quizá el caso mas típico sea el de las universidades privadas norteamericanas, aunque les cabe también a las universidades privadas argentinas.
A diferencia de otros productos de la actividad humana el conocimiento no es una mercancía por su propia naturaleza. Hay productos que sí lo son; para mencionar ejemplos diremos que la nafta es necesariamente mercancía, lo mismo las computadoras; nadie produce (ni puede hacerlo) nafta o computadoras sólo para uso propio.
Existe software y numerosas publicaciones (libros, artículos, películas, música), algunos de valía altamente significativa que son conocimiento de uso público y gratuito.
Hay productos que son mercancía en determinadas condiciones y en otras no. Un gorro tejido por una abuela para su nieto no es una mercancía, pero un gorro similar producido en una fábrica y puesto en circulación comercialmente es mercancía.
El capitalista puede apropiarse, y de hecho lo hace, de ciertos conocimientos, incluso proteger su propiedad privada mediante leyes, cláusulas de confidencialidad, patentes, etc.. Quizá el caso más difundido sea el de la fórmula de la Coca-Cola.
Pero los capitalistas no pueden apropiarse de todo el conocimiento por diversas razones, entre otras porque el conocimiento incluye ideas en pugna con sus intereses, dado que cuestionan nada menos que la propiedad privada de los medios de producción.
La universidad estatal argentina, por la gratuidad y el ingreso irrestricto, constituye un fenomenal aparato de distribución (y en menor medida de producción) del conocimiento que, en tales condiciones, no asume la forma de mercancía como predominante. Precisamente eso es lo que reclama la Organización Mundial de Comercio, declarar al conocimiento como mercancía. Justo es reconocer que tanto el gobierno argentino como el sistema universitario estatal se han opuesto y no han suscripto tal declaración.
Sin embargo, particularmente desde la década del 90, las grandes empresas (Techint, Monsanto, La Alumbrera, etc.) han volcado recursos y trabajo hacia las universidades estatales, incidiendo y avanzando sobre su mercantilización.
No obstante, y retomando la idea del carácter contradictorio de la universidad estatal argentina, es de destacar el pronunciamiento de varias facultades rechazando los fondos de La Alumbrera y mas cerca nuestro el trabajo de investigación de la facultad de medicina cuestionando el tipo de uso actual de los agroquímicos. Y mas cerca aún, en nuestra facultad, Techint y sus similares cuentan con propagandistas pero también está La Unidad, que sostiene su representatividad entre los estudiantes con su discurso contestatario.
Al principio señalé mi respeto por este Boletín de Educación. El mismo expresa producción de conocimiento y no es por cierto propiedad privada de empresas.
Creo que no corresponde afirmar que “el conocimiento es propiedad privada de las empresas, instituciones y demás formas de asociaciones productivas, pese a que se desarrolle en las universidades o escuelas públicas. Son estas estructuras las que utilizan nuestras capacidades para su propio beneficio.” (Boletín, pág. 8)
En las relaciones sociales capitalistas el conocimiento que poseen los hombres con capacidad de trabajo es “alquilado” junto con su fuerza de trabajo, pero no es transferido al capitalista. Un ejemplo muy interesante es el de las empresas metalúrgicas revitalizadas desde el 2003. Debieron contratar a jubilados para formar y dirigir a los nuevos operarios. Los jubilados se habían llevado consigo sus conocimientos. Que los empresarios hayan utilizado tal conocimiento en su beneficio no quiere decir que se hubieran apropiado de él.

Sobre la educación
La competencia entre los capitalistas requiere incesantemente la aplicación de nuevos conocimientos que permitan elevar la productividad. Consecuentemente se requiere la ampliación de conocimientos de la masa de trabajadores y a la vez la especialización de sectores.
Esa es una de las causas de la formidable expansión del sistema educativo, el cual debe inculcar nuevos conocimientos y reciclar aquellos atinentes a la conservación del sistema.
A su vez los trabajadores necesitan de la educación para mejorar su situación social y laboral (incluyendo la lucha por sus reivindicaciones) y esto plantea nuevas contradicciones, a saber:
- una de ellas surge de considerar a la educación como un derecho masivo, exigiendo cada vez mas acceso a la misma y consecuentes reclamos diversos, por ejemplo gratuidad (caso de Chile)
- otra es que hay que apelar a una masa de trabajadores de la educación, simultáneamente difusores de la ideología dominante y a la vez trabajadores asalariados víctimas de la explotación; por tanto cada vez mas sindicalizados y ejecutores de acciones de cuestionamiento de su condición laboral
- otra es la composición social del estudiantado, que cuanto mas se amplía, más incorpora capas provenientes de sectores con intereses objetivamente contrapuestos a los de las clases dominantes.
Me parece que la educación no debe ser considerada sólo como un gran acto de domesticación.
El Estado es y actúa como un instrumento de dominación de clases y lo hace “……en función de mantener vigente el orden social que le da existencia…..” (Boletín, pág. 7). Ese papel continúa, aún con diferencias según los distintos gobiernos. Pero el Estado (por ejemplo el Ministerio de Educación) no es el único actor.
La educación es también una actividad social en la que entran en juego intereses contradictorios. Sin ir mas lejos recientemente las luchas salariales docentes han sido las de más repercusión política y social, más masivas y con mayor democracia (29000 docentes provinciales votando para decidir la posición frente al gobierno); eso también es parte de la educación.

Más allá de las vocaciones y el disfrute del saber que alienta a una parte de nuestros estudiantes, para la gran mayoría la educación es un medio para sostener y mejorar su situación social y laboral, lo que no tiene nada de criticable. Pero coincido que ello, en el contexto social actual, está exacerbado al punto de predominar lo que yo llamo “la cultura de supermercado”, por la cual muchos estudiantes tratan de pasar por la universidad cargando materias en una libreta como si fueran mercaderías en un carrito, de la forma mas rápida y fácil posible. La 15 de Junio lo publicó como uno de sus logros, producto de elegir comisión esquivando a “los más difíciles”.

De paso sea dicho, me parece una expresión poco feliz “Por lo tanto se toma a la educación como un acceso a un modernizado título nobiliario, o sea, un medio generador de status” (Boletín, pág.13), porque sin negar que tales casos existen, en primer lugar no constituyen la generalidad y en segundo lugar subestima el esfuerzo de muchas familias e incluso de estudiantes-trabajadores por procurarse una mejor situación.

Sobre la disciplina
En el Boletín (pág. 5) dice “…la componente principal de la educación es la disciplina.”
Si no interpreto mal el párrafo pretende referirse a la obediencia como componente de la educación; porque creo que la cuestión no es si hay o no disciplina, sino que tipo de disciplina es y al servicio de qué clase.
El cuestionamiento de la disciplina en general, como principio, me parece erróneo.
Sin cierta disciplina, acorde al objetivo buscado, no existe equipo productivo, ni equipo deportivo, ni banda musical, ni organización sindical, etc.
Por supuesto hay que destruir ideológicamente la obediencia debida y la sumisión a las jerarquías y valores de la dominación actual. Para ello también es necesaria cierta disciplina de quienes nos involucramos en esa lucha.

Sobre los pequeños capitalistas, emprendedores y PYMES
Por mas reaccionarias que sean las ideas de muchos de ellos, por mas aberrantes que sean sus prácticas de explotación (en muchos casos son menos “civilizadas” que en las grandes empresas), no podemos confundirlos con la gran burguesía.
Para el sistema capitalista actual están destinados a desaparecer. El “emprendedorismo” como tabla de salvación es la ilusión que parte del sistema le vende (o se vende) a ciertos sectores para evitar la cruda realidad típica de los profesionales universitarios, que es la tendencia creciente a desempeñarse como trabajadores asalariados.
Permanentemente nacen socialmente nuevos empresarios pero la tendencia predominante es la concentración del capital.

Sobre la izquierda
No me parece bueno ni justo decir que da lo mismo la pertenencia a la izquierda o a la derecha.
La llamada izquierda predominante en Europa es una de las variantes políticas del sistema capitalista allí imperante, aunque la derecha, pongamos por caso la española, es la cara mas perversa de ese sistema.
No obstante, a lo largo de la historia, gran parte de las expresiones llamadas de izquierda han sido auténticas e innegables expresiones de quienes se oponen al régimen de explotación, más allá de errores cometidos, no pocos y también no pequeños.
Creo que el debate con organizaciones que se reivindican de izquierda, por duro que sea, (y cuando corresponde debe serlo), no debería recurrir con liviandad al facilismo de adjudicarles pertenencia a un campo compartido con la derecha.

Sobre el consumismo
El capitalismo ha sembrado el mito de que es la sociedad de consumo.
El capitalismo necesita el consumo, pero ese no es su objetivo. Su objetivo es la acumulación de riqueza sin límite y para eso el capitalismo necesita e impone que el salario del obrero tenga valor inferior al que tiene lo producido, quedándose con la plusvalía. En definitiva ese obrero, como consumidor, sólo puede consumir menos de lo que produce. A medida que aumenta la productividad se logra mayor riqueza con menos trabajadores. Hay superproducción, desocupación y 800 o 900 millones de personas en el mundo en estado de elemental subsistencia; desde un punto de vista capitalista esos millones “sobran”.
La burbuja inmobiliaria española ha demostrado cómo se forzó durante un tiempo el consumo inmobiliario, hasta que las cosas volvieron estrepitosamente a su lugar. El trabajador debe consumir menos de lo que produce.
Hay otras formas de forzar el consumo, no ya como individuos sino como estado. EEUU “consume” cerca de un billón de dólares anuales en gastos militares, registrando una deuda pública fabulosa sostenida por su población y por el resto de la humanidad.
Para cada capitalista en particular los demás son consumidores (sean capitalistas o productores), salvo sus propios obreros que deben consumir menos de lo que producen para que él pueda acumular; pero para el sistema en su conjunto el objetivo es la acumulación capitalista a expensas de que los productores consuman menos de lo que producen.



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