SAN MARTÍN Y LA TOPOGRAFÍA

(A modo de homenaje al patriota Alvarez Condarco, topógrafo del Ejército Libertador)

Sin duda una de las más grandes hazañas de San Martín fue el cruce de la cordillera de Los Andes

Tratemos de imaginar el desplazamiento de 5.200 hombres, con armamento para la guerra y con víveres para personas y animales para dos semanas, utilizando 10.000 mulas y arreando 1600 caballos y 600 vacunos para carne

Fue necesario desplegar todo el conocimiento, todo el ingenio, y todo el coraje y la decisión, para realizar tal hazaña

San Martín supo obtener de cada uno lo mejor

Para mencionar sólo un ejemplo, en Mendoza, durante la preparación del Ejército Libertador, Fray Luis Beltrán colgó los hábitos, armó un taller con lo que tenía a mano, donde fundieron campanas para fabricar cañones y balas, e inventó puentes colgantes y aparejos que permitieron el traslado de la artillería

Pero para cruzar Los Andes era absolutamente imprescindible contar con cartografía, con mapas

Actualmente existe el acceso a las imágenes satelitales, pero hasta que llegó la era satelital pública, la cartografía estaba catalogada, en la literatura militar, como "un arma de guerra"
A tal punto era su importancia que aún en pleno siglo XX, en el manual del Ejército Argentino - Lectura de cartografía - 1973, dice“… el valor de la cartografía a tal punto que podemos considerarla hoy, un medio más de combate.” 

Aún para quienes por nuestra profesión hemos dedicado parte importante de nuestra vida a los trabajos topográficos, resulta difícil imaginar lo que significaría efectuar un relevamiento de aquellos pasos cordilleranos, máxime en aquella época
Sin embargo San Martín se propuso solucionarlo y logró tener sobre su mesa los planos reveladores de las entrañas del gigante cordillerano
Veamos como lo hizo
Los hechos, según relata Ricardo Rojas en su libro "El Santo de la Espada", son los que figuran en las siguientes páginas: (incluye hasta el primer párrafo de la segunda página copiada)

 

No me alcanzan las palabras para reflejar mi admiración