Bajo el logo del CONSEJO INTERUNIVERSITARIO NACIONAL (1), su Comisión de Planeamiento publicó un documento titulado:
“Desafíos
de las Universidades Públicas en la etapa de la pos pandemia”
Trato
de hacer un comentario de lo que considero sus aspectos más salientes
El
carácter general es más bien declarativo y por tanto reitera afirmaciones
habituales y conocidas que no requieren mayor comentario
En su
conjunto da la impresión de un acuerdo un tanto improvisado y llama la atención
que haya palabras mal tipeadas, es decir que ni siquiera haya sido pasado por
un corrector ortográfico antes de su publicación
Yendo entonces a algunos contenidos (con fondo amarillo se trascriben párrafos del documento)
“Estrategias para recuperar a los estudiantes que abandonaron. Las
universidades no podemos desconocer la alta tasa de deserción que existe en el
sistema. Este inconveniente se agravó aún más con la Pandemia y jóvenes dejaron
los estudios por las dificultades de la modalidad o por tener que trabajar,
entre otras cuestiones. Este fenómeno también se dio en el nivel secundario y
superior no universitario y tal cuestión abre muchos interrogantes a futuro.
En este marco, las universidades tenemos que proponer planes y acciones
específicas dirigidas a que todos y todas las estudiantes que dejaron de cursar
vuelvan a las aulas y culminen su formación.”
Esto es importante porque ha sido notorio que muchos rectores, en su permanente afán de autojustificarse, hayan declarado pública y reiteradamente, que, en su universidad, pese a la pandemia, se han podido cumplir todos los objetivos previamente fijados e incluso que han sido superados en algunos aspectos parciales. Tal el caso del rector de nuestra UNR
“La Pandemia hizo aún más evidente que la investigación y que la
tecnología son pilares fundamentales de la salud pública y del desarrollo de la
producción y del trabajo. En este marco, nos proponemos acompañar las
investigaciones y los desarrollos científicos tendientes a la resolución de los
problemas públicos, sociales, productivos y sanitarios actuales y futuros de
nuestras comunidades. Será fundamental agregar valor a la matriz productiva con
base en la incorporación de conocimientos y desarrollos tecnológicos. Este
desafío tiene que contemplar la federalización educativa y la consolidación y
el fortalecimiento de las distintas universidades atendiendo sus diferentes
niveles y estilos de desarrollo. Consideramos que la aplicación de la Ley
27.614 de incremento progresivo y sostenido del presupuesto nacional destinado
a la función ciencia y técnica, debe incluir a las universidades. Nuestras
instituciones son fundamentales para la promoción de la innovación, la
tecnología y la producción que genera valor agregado y empleo”
Llama
la atención el siguiente párrafo:
“Las universidades deben ser ejemplo de trasparencia en la ejecución de
recursos, tendiendo a organizar un sistema de administración presupuestaria
monitoreado por el cogobierno, que genere información veraz y de acceso libre a
la comunidad que nos financia y a la que debemos rendir cuentas”
El deben
ser está indicando que no lo son, lo que en lenguaje de abogacía equivale a
decir a confesión de parte relevo de
pruebas
Al
respecto no cabe duda alguna en el caso de nuestra UNR, en la cual es imposible
conocer cómo se administran los recursos provenientes del presupuesto nacional
y cuáles y de qué origen son los montos que se recaudan por vía de servicios,
cursos pagos, etc.
Esto
es escandaloso en una universidad que se dice democrática y el párrafo señalado
parece indicar su extensión a todo el sistema universitario
Nuevamente
insisto, llama la atención tal confesión, lo que quizás pareciera indicar la
existencia de tensiones al respecto y también promesas de ajustes de cuentas
Se me
ocurre que esta advertencia puede estar dirigida particularmente a la UBA que,
como es conocido, es la menos democrática de las universidades nacionales
Pasemos a ver algunas cuestiones preocupantes de la declaración
-Sobre virtualidad y presencialidad
“Virtualidad y presencialidad en las Universidades argentinas: las
nuevas dinámicas de los procesos educativos y de gestión académica
El COVID 19 obligó a las Universidades a reorganizar la dinámica
tradicional de funcionamiento. Todas las instituciones migraron sus actividades
académicas a la modalidad virtual, iniciando un período de Enseñanza Remota de
Emergencia. Muchas universidades no tenían experiencia, ni normativa, ni
conectividad e infraestructura suficiente para aplicar dicha modalidad y la
labor implicó un inmenso desafío. Consideramos que es oportuna y necesaria la
reflexión y la sistematización de la experiencia, identificando fortalezas y
debilidades de la enseñanza en esa modalidad. Nuestro sistema universitario
tiene que tener un diagnóstico de las competencias y los saberes de los y de
las docentes, nodocentes y estudiantes.”
Obviamente
estamos de acuerdo en evaluar la experiencia, pero hay un punto de partida
esencial; si vamos a hablar de pos pandemia, debemos considerar la
presencialidad como forma imprescindible de la enseñanza y la virtualidad, en
los casos que corresponda, como complementaria
La
omisión de esta afirmación deja abierto un interrogante ¿la Comisión de
Planeamieno del CIN, considera posible la llamada bimodalidad como la nueva
normalidad de la enseñanza universitaria? ¿O al menos que es un tema en
discusión?
-Sobre competencias a desarrollar
“Consideramos oportuno impulsar carreras cortas y recorridos educativos
técnicos y científicos estratégicos orientados al desarrollo productivo y a la reinserción
laboral de personas que han perdido su trabajo. Un tema fundamental a potenciar
será la formación en oficios y en calificaciones aptas para la reinserción
laboral”
Me pregunto
y pregunto ¿es esta una preocupación genuina o la preocupación es por la
competencia con las universidades privadas para disputar “nichos” y/o
posibilidad de generar recursos?
“Incorporar las denominadas habilidades blandas o competencias
esenciales en la formación de profesionales. Podrían incorporarse en forma
equilibrada en los planes de estudio, junto a los conocimientos básicos y
específicos profesionales”
Que
yo sepa ese lenguaje, el de las “habilidades blandas”, es nuevo en la jerga
habitual universitaria
Ante
mi ignorancia recurrí a la búsqueda de información que, como sabemos, en
internet la hay y mucha, y encontré que se trata de un lenguaje típicamente
empresarial, característico de las empresas consultoras, con respuestas como la
siguiente:
“Las grandes empresas han dejado de dar tanta relevancia al número de
diplomas con los que cuenta un candidato para pasar a enfocarse en el
desarrollo de sus habilidades blandas o transversales, las llamadas soft skills.”
Y, entre los ejemplos de habilidades “blandas”,
encontré la siguiente curiosidad
“4. Honestidad
Es fundamental
ser honesto tanto a la hora de reclamar reconocimiento y emitir quejas, como de
reconocer errores y asumir responsabilidades sin apuntar a otros”
Y se cita a otras como creatividad, responsabilidad,
resiliencia, trabajo en equipo, pensamiento crítico, etc., que, naturalmente,
todas ellas deberían ser parte esencial de la formación del estudiante
universitario, pero la Comisión de Planeamiento dice que “hay que
incorporarlas”
Con lo cual no se sabe si se trata de una
autocrítica o más bien de la intención de adaptación al lenguaje del mercado, para "mejorar" la respuesta privilegiando el punto de vista de las demandas
empresariales de mano de obra calificada
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